Un parto en paz

13 Feb 2019

Un parto en paz

-Las parteras han ayudado a nacer a decenas de niños y niñas en la selva de Mandé, en el municipio de Urrao, Antioquia, donde un grupo de exguerrilleros de Farc avanzan en su reincorporación.

--Años atrás, por el conflicto armado y la falta de vías de acceso, muchos de ellos murieron antes de llegar al hospital más cercano, ubicado a 2 días de camino en mula. Aquí la primera de 3 historias sobre esta región donde realizamos nuestro trabajo de verificación.

-Próxima entrega: En Mandé: comunidad y Farc le apuestan a la reconciliación.

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En Mandé, Urrao, la esperanza tiene rostro de mujer, muchas de ellas embarazadas o madres. Allí avanza nuestro trabajo de verificación en el marco del Acuerdo de Paz.

Cuando llegó el primero, en medio de fuertes dolores, Sofía Tejada se aferró a la madera de su casa hasta que su hijo salió del vientre. Esperó segundos a que llorara para saber que estaba vivo y solo hasta ese momento sintió paz. Su primer parto fue en su casa, sola…

La escena la repitió otras nueve veces, los años siguientes y fue así como en distintas posiciones tuvo a sus hijos, sin ningún tipo de apoyo. “Fui mi propia partera de 10 hijos”, dice la mujer de compostura fuerte y una mirada profunda y triste. “Pero eso es muy normal por aquí”, comenta mientras se le acercan varios niños. Porque si algo es característico en este pueblo es que se ven más niños que adultos.

Sofía es partera en Mandé una región selvática de Urrao, occidente de Antioquia, en los límites con el departamento de Chocó, en el noroccidente de Colombia,  con un clima de más de 35 grados centígrados y humedad, donde habitan en su mayoría afrodescendientes e indígenas. De esta región hacen parte las veredas Mandé Barrancón, Mandé Brazo Seco, Mandé Vásquez Nuevo y Mandé Vásquez Viejo, este último donde se concentra la mayoría de la población y es el hogar de Sofía.

Sofía Tejada con 5 de los niños y niñas a los que ayudó a nacer. Ella solicitó a una delegación institucional que visitó la vereda, un puesto de salud para la zona.

“A todos estos niños los ayudé a venir al mundo. Y sí que han sufrido las pobres madres. Pero después de todos los que parí decidí ayudar a las demás para que sea un momento más hermoso”, comenta mientras busca algo en el bolsillo.

“Quería mostrarle algo, pero creo que se me quedó. De mis 10 hijos perdí tres. A uno me lo mató una culebra. Pero los otros dos, Jeiver y Nicolás, los estoy buscando, están desaparecidos por la guerra. Sé que están muertos porque en esa época (dice que 10 años atrás) pocos sobrevivieron. Pero necesito enterrarlos. A uno lo mató la guerrilla y al otro el Ejército. Dónde están Dios mío. Yo los parí y yo los quiero despedir. Como quien dice, yo parí mis hijos para que la guerra me los quitara”.

Al igual que la mayoría de los habitantes de Vásquez Nuevo, Sofía se desplazó hacia otras regiones en la primera década de 2000, sobrevivió a largos combates en la selva, bombardeos, reclutamiento forzado de los jóvenes por parte de distintos grupos armados. “Nos desplazamos varias veces, cuenta”.

Sofía Tejada, partera en Mandé, tuvo sola a sus 10 hijos y ahora ayuda a otras madres en su proceso de parto.  Mientras tanto, llora a dos de ellos, Jeiver y Nicolás Rojas Tejada que se encuentran desaparecidos por razones del conflicto.

Por eso, desde hace 15 años, ser víctima del conflicto ha motivado a Sofía a salvar vidas porque, según relata, con el paso de los años las mujeres quieren tener los niños en un centro de salud. Pero para llegar al hospital de Urrao, el más cercano, hay que recorrer más de dos días de camino, por trocha, en mula. Ya ha habido casos en los que varias de ellas los tuvieron durante del viaje, otras los perdieron y las que alcanzaron a llegar a Urrao estaban en difíciles condiciones.

Martha Perea Mosquera, de 24 años, madre de tres hijos y oriunda de la vereda Barrancón, dice que se siente tranquila porque no hay disparos. Pero recuerda que como ella muchas mujeres de Mandé son madres que siguen arriesgando sus vidas en cada parto. “El primer niño me tocó transportarme hasta Urrao en bestia y me tocó muy duro porque el dolor de parto en el camino y me fue muy mal porque fueron tres días con dolores y de ahí me remitieron hacia Bolívar y allá tuve a mi bebé. Para los otros igual, pero con ese viaje hubiera sido mejor tenerlos aquí”.

Martha Perea pide mayores oportunidades de formación y trabajo para sacar a su familia adelante.

Juan Santos, del Consejo Comunitario de Mandé considera que las parteras han sido un alivio por años. Pero es urgente que se fortalezca la atención en salud. “Por temas de salud, se nos ha muerto gente en el camino, las madres, otros con picaduras de culebras.. Dos días de camino, con una camilla, una persona bien grave…”.

 

La llegada de la paz

La vida cotidiana en Mandé con sus ríos y quebradas.

Al igual que Sofía, varias mujeres son parteras en Mandé. La mayoría de más de 50 años y quienes relatan historias parecidas, comparten su conocimiento a otras generaciones. Sin embargo, con el proceso de paz y con la presencia de un grupo de personas de Farc que avanzan en su proceso de reincorporación, ellas esperan que lleguen oportunidades para esta región: No hay acueducto ni alcantarillado y solo hay dos inodoros que funcionan de forma artesanal, no hay puestos de salud y pocos conocen un odontólogo. Las casas son de madera, y están en precarias condiciones.

El río Mandé, muy seco en esta temporada, es el lugar donde muchos habitantes se bañan, toman el agua para cocinar (cuando no hay agua lluvia), en algunas ocasiones hacen sus necesidades fisiológicas, juegan los niños y sacan pescado.

Ahora, quieren cambiar esa costumbre. Ya vieron el primer paso con la llegada de una enfermera y con la presencia del Ejército para garantizar la seguridad en la zona. Ya hay también energía eléctrica en algunos puntos.  “Antes eso era impensable por aquí, nadie quería meterse por miedo. Ahora la cosa empieza a ser distinta.  Si ponen un centro de salud esto se compone”, añade la partera.

En diciembre pasado, por ejemplo, relatan que la región padeció un brote de rabia. Antes no habrían tenido atención. Pero pudieron ser auxiliados por una brigada de salud coordinada por la Gobernación de Antioquia y el hospital de Urrao, la cual fue acompañada por un grupo de exguerrilleros de Farc que se graduaron como Promotores Rurales de Salud (dentro de un programa que contó con el apoyo de la Gobernación de Antioquia, la Embajada de Suecia y ONU) y quienes ayudaron a los habitantes durante varias jornadas en las que se realizó la vacunación.

Detalle de una de las viviendas de Vásquez Viejo, en Mandé, donde según el Consejo Comunitario viven más de 500 niños, 108 de ellos hijos de exguerrilleros o de sus familiares.

“Aquí ya es ir para adelante. Porque antes estábamos condenados al olvido. Todos estamos andando tranquilos por el pueblo, podemos dormir sin miedo a un combate, puede reírse y pasear por aquí porque estamos en la paz.  Ya se acabó el grupo de Farc y entonces no queremos que venga otro grupo. Si nos dejan vivir así eso ya es mucha ganancia para nosotros”, recuerda Sofía Tejada. Ella espera que sigan naciendo niños, pero sin miedo a los fusiles y que vengan más partos en paz.

 

Visita interinstitucional a Mandé

Una comisión interinstitucional del Gobierno Nacional, en cabeza de  OACP, ARN, ICBF y la Unidad para las Víctimas; la Gobernación de Antioquia, la Alcaldía de Urrao, Defensoría del Pueblo, JEP, el Consejo Noruego pata los Refugiados y la Misión de Verificación de la ONU en Colombia y el Consejo Nacional de Reincorporación -CNR- visitó a Mandé con el fin de verificar la situación en la que se encuentra la comunidad y las personas de Farc en proceso de reincorporación que llegaron a establecerse en la zona tras el cierre del ETCR de Vidrí, en Vigía del Fuerte.

Durante 3 días, el equipo pudo reunirse con la comunidad y con los excombatientes para revisar acciones concretas del Gobierno y los organismos de control en este territorio y verificar las condiciones de reincorporación y de desarrollo de la comunidad.


Elizabeth Yarce
Oficial de Información Pública, Misión de Verificación de la ONU en Colombia.