Miel de la Montaña, una contribución a la paz
Un grupo de 20 excombatientes de Farc le apuesta a la apicultura en la vereda La Plancha, en Anorí, Antioquia, con apoyo de Paso Colombia y Sena. La Misión de Verificación de la ONU en Colombia ha acompañado el desarrollo de este proceso.
En medio de la pandemia por Covid-19 un grupo de 20 personas en proceso de reincorporación en la vereda La Plancha, en el municipio de Anorí, Antioquia, saca adelante un proyecto de apicultura. Las abejas, vitales para mantener vivos los ecosistemas, son ahora las grandes aliadas de los excombatientes de Farc en una iniciativa de producción y comercialización de miel que incluye ya el envío a domicilio.
Excombatientes de Farc de Miel de La Montaña, en Anorí. Foto cortesía Coomuldesna.
Se trata de Miel de la Montaña, iniciativa que cuenta con el apoyo de PASO Colombia y el Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, y en el que la Misión de Verificación de la ONU en Colombia acompaña el desarrollo del proceso.
“Miel de la Montaña es un proyecto muy bonito, a través del cual 20 excombatientes del antiguo frente 36 de las Farc decidieron apostarle a la apicultura, a la producción de miel, a la conservación de la especie de la abeja y de los bosques tropicales de Anorí, precisamente a través de este ejercicio apícola”, dice Andrés Zuluaga, excombatiente de Farc, representante legal de la Cooperativa Multiactiva para el Desarrollo Económico y Social del Norte de Antioquia, Coomuldesna.
“PASO Colombia ha aportado recursos, tanto para capacitación como con materia prima que se necesita para la producción de la miel y para el mantenimiento de los apiarios. Gracias a ellos hemos crecido y actualmente estamos llegando ya casi a 70 colmenas”, añade Zuluaga.
Agrega que la emergencia por el coronavirus no ha frenado el deseo de sacar adelante a Miel de la Montaña y por ello activaron el servicio a domicilio. También aprenden cómo potenciar su marca en distintas redes sociales, el envasado, el empaque y los canales de distribución. “A partir de la pandemia nos tocó tener mucha iniciativa para poder continuar con el proyecto, porque realmente Anorí estaba confinado y todo lo que fueron envíos estuvo un tiempo parado. Entonces nos tocó movernos mucho. Hemos crecido como proyecto y estamos comercializando nuestra tercera producción, nos ha ido excelente, el apoyo de la gente ha sido muy grande, tenemos envíos a todo el país a nivel nacional”, explica Andrés Zuluaga.
Desde el año pasado comenzó el proyecto de apicultura y ahora se comercializa Miel La Montaña, un proyecto que mantiene la esperanza en medio de la pandemia por Covid-19. Foto: Maria Paola Montisci/ Misión de Verificación de la ONU en Colombia.
Como una colmena
En el antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de La Plancha algunas de las personas en proceso de reincorporación coinciden en que, pese a las dificultades, tienen “un compromiso firme con el proceso de paz”.
Por eso, aparte de la apicultura, le apuestan a una constructora ecológica, un proyecto piscicultura y el taller de confecciones La Montaña. También tienen un proyecto de gallinas ponedoras, huerta ecológica, vivero y últimamente una línea de productos de aseo. Aparte de eso, sirvieron de guías de la Bioexpedición Anorí que permitió el hallazgo de 14 nuevas especies animales y botánicas para la ciencia y sirvió para sentar las bases de un proyecto de turismo. A esto se suma que varios de ellos se formaron como promotores Rurales de Salud.
Estos proyectos se han realizado algunos por iniciativa propia, otros con apoyo de la cooperación internacional, el sistema de las Naciones Unidas en Colombia, universidades y el Gobierno a través de la Agencia para la Reincorporación y Normalización, ARN, la Gobernación de Antioquia, entre otros.
“La Misión de Verificación ha acompañado distintas iniciativas productivas de las personas en proceso de reincorporación, como por ejemplo el taller de confecciones. También valoramos enormemente las iniciativas como Miel de la Montaña, donde de la mano de la Fundación Paso Colombia, El Sena, y por iniciativa propia los excombatientes están produciendo y comercializando la miel, a la vez que desarrollando un plan de preservación ambiental”, expresa Francesc Claret, jefe de la oficina regional en Antioquia de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia.
Vista del antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de La Plancha, Anorí. Foto: Fabián Penagos.
“Nos encontramos con un grupo de excombatientes muy motivados, conformado por mujeres, hombres y padres, comprometidos con el medioambiente y con la comunidad. Los integrantes del proyecto están acompañados por dos expertos muy dedicados, uno en producción industrial de miel de abejas Apis y otro en producción artesanal de miel de abejas Melipona nativas de Colombia. A medida que sus capacidades se refuerzan, aumentan el número de colmenas. Ya cuentan con 50 colmenas de Apis y 10 colmenas de Melipona. Las comunidades locales están invitadas y vinculadas en las sesiones de capacitación y en la producción de miel y se están generando alianzas comunitarias que facilitan la reincorporación y refuerzan el tejido social”, agrega Robin Brunet, oficial de terreno en Anorí de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia.
La miel se vende localmente y se envía a distintas ciudades. El grupo innova constantemente, perfeccionando nuevas técnicas de producción, y aspira a crear nuevas alianzas y exportar la miel hacía regiones solicitantes de mieles finas y exóticas.
Trabajo constante
“La ventaja que yo veo con estos proyectos que involucran las abejas es que se requiere un ecosistema limpio, incluso regenerarlo, porque a los consumidores de productos naturales como miel de abeja y polen les gustan que los productos sean de una región y tengan como una huella o un sabor distintivo que lo da la vegetación nativa. Para quienes trabajan con abejas es necesario cuidar el bosque, incluso reforestarlo”, explica Fabián Penagos, capacitador en apicultura y meliponicultura de PASO Colombia.
En Miel de La Montaña ya cuentan con 60 colmenas. Foto: Maria Paola Montisci/ Misión de Verificación de la ONU en Colombia.
Para el experto en apicultura, el trabajo de los excombatientes es constante. “Todo el año uno le trabaja para que las abejas puedan producir, entonces ellos (personas en proceso de reincorporación) siempre están muy ocupados multiplicando las abejas, alimentándolas, haciendo cajonería nueva y sobre todo estudiando, entonces esa parte me parece supremamente importante porque aprenden técnicas nuevas, leen y se mantienen enfocados y hablando todo el tiempo de este tema”, precisa.
Y como en el resto de proyectos productivos que se desarrollan en esta región, la idea es que exista una fuerte participación de hombres y mujeres. “Al igual que otras, a mí me parece que es importante que las mujeres nos vinculemos a los procesos sociales a estos proyectos productivos y mi aporte ha sido más que todo de la relación con las comunidades, digamos ese momento de reconciliación que todos buscamos, ese momento en el que la sociedad y los excombatientes de las Farc podamos hablar un mismo idioma y podamos seguir construyendo e ir tejiendo sociedades y amistades para reconstruir la sociedad que hemos dañado a través de la guerra”, indica Andrea Cañaveral, en proceso de reincorporación de Farc.
Uno de los avances durante emergencia por Covid-19 fue el de afianzar su marca y canales de distribución, pese a que tuvieron que parar las primeras semanas: Foto: Fabián Penagos/PASO Colombia.
Se tejen redes de paz
Carlos Sánchez, zootecnista y apicultor, fue el facilitador técnico del proyecto por parte de ARN y el SENA y ahora lo hace desde PASO Colombia. Relata que en un comienzo contaban con 15 colmenas y uno de los mayores logros ha sido multiplicar la producción. “Aquí le están poniendo muchas ganas y la idea no es solo extraer la miel, sino polen, propóleo, jalea real y pitocina. Esas ganas de cambiar ese estilo de vida, de resurgir y de mirar la apicultura como ese punto de partida, ese punto de referencia para proyectar su estilo de vida de aquí en adelante, entonces eso fue lo que más me motivo a mí, para meterle el hombro en firme y de impulsarlos”, expresa.
Ahora, dice, es importante garantizar un sistema de comercio justo y tratar de llegar tanto al comprador directo, como a los almacenes de grandes superficies. Actualmente se está produciendo miel de abejas orgánicas 100% y hay una capacidad de producción por colmena en la zona de Anorí de alrededor de 40 a 50 kilos por año.
Para Sánchez, más allá de la parte técnica, lo que mueve este proyecto es el de poder tejer redes de paz.
“Es meterle el 100% de las ganas a que los procesos se den y mirar pues quien está de verdad de acuerdo en continuar avanzando. Los muchachos tienen muy buena voluntad y aplaudo ese gesto, de resarcir sus errores y de avanzar en un camino tan hermoso como es la apicultura”, comenta.
En eso coincide Óscar Cuadros, excombatiente de Farc, quien considera a las abejas como sus “amigas y aliadas”. “El coronavirus nos afectó la comercialización, pero nosotros no podemos descuidarlas. Si unos las descuida ellas empiezan a reproducirse, a enjambrar y se van, es un proceso como de ellas. Hay que estar interviniéndolas en lo que necesiten: alimentación, limpieza de la colmena, las puertas”, explica.
Diariamente, los excombatientes de Farc revisan que las abejas tengan las mejores condiciones para realizar su trabajo. Foto cortesía: Fabián Penagos.
Ahora esperan trabajar junto con PASO Colombia, Naciones Unidas, algunas ONG y el Gobierno en el fortalecimiento de la comercialización con la idea de involucrar a los campesinos de la región en Miel de La Montaña.
“Las abejas son nuestras aliadas en el sueño que queremos construir. Un empujoncito y esto crecerá. Necesitamos todos trabajar en equipo, así como ellas. Esta es nuestra oportunidad”, finaliza Óscar Cuadros.
La apicultura, una oportunidad de paz en Anorí. Foto cortesía: Fabián Penagos.
Elizabeth Yarce
Oficial de Información Pública - Regional Medellín
Misión de Verificación de la ONU en Colombia