En la frontera de la reincorporación: entre los Pastos y el Ecuador

9 Jun 2020

En la frontera de la reincorporación: entre los Pastos y el Ecuador

Tallambí es una vereda ubicada en el resguardo indígena de Mayasquer, municipio de Cumbal en Nariño al sur de Colombia, a tan solo un pequeño puente peatonal de distancia de la provincia de El Chical, en Ecuador. Aunque se encuentra solamente a 90 kilómetros de la ciudad de Pasto, las condiciones del camino hacen que se puedan tomar casi 8 horas para llegar hasta allí por la vía colombiana. Hasta hace poco, los carros no lograban entrar desde Colombia, por lo que sus habitantes se veían obligados a cruzar el puente para dar la vuelta por Ecuador e ingresar de nuevo a Colombia, vía Tulcán, en Ecuador. Ante estas condiciones, la pandemia del COVID- 19 y el cierre de las fronteras han tenido graves impactos para esta comunidad, que por prevención cerró todo ingreso o salida de personas a su territorio.

Allí habita uno de los grupos más numerosos de personas en proceso de reincorporación en Nariño, la gran mayoría de ellas indígenas oriundos de ese mismo resguardo del pueblo Pasto: son cerca de 115 personas con sus respectivas familias que se dedican al cultivo de lulo y a la cría de cerdos, gallinas y peces.

Todos estos proyectos son gestionados con recursos propios, tal como cuenta Alberto López Palomino líder del grupo, quien además menciona que aún antes de que se decretara el aislamiento obligatorio tenían dificultades de comercialización por la falta de vías e infraestructura.

“Al menos lo que es la carne de cerdo, los pollos y el pescado sí los comercializamos acá con la misma comunidad… es muy complicado sacar los productos hasta el casco urbano de Cumbal porque no hay transporte y el que sale lo cobran demasiado caro”, comenta López.

 

 

 

 

 

 




Otro proyecto que tuvieron que dejar en espera, fue la iniciativa de turismo comunitario que están adelantando con el apoyo de algunas ONG internacionales en conjunto con la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), la Gobernación de Nariño y la Misión de Verificación de la ONU. 15 personas entre integrantes de la comunidad y excombatientes se formaron como Eco guías en el SENA para implementar un proyecto turístico sostenible en el territorio, promoviendo servicios como el avistamiento de aves, gastronomía local y el senderismo, aprovechando la riqueza natural de la región y dando a conocer también la cultura indígena del pueblo Pasto.

Este numeroso grupo que ha venido desarrollando su proceso de reincorporación fuera de los antiguos Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación, enfrenta no solo los retos propios de vivir en zonas tan alejadas de los centros urbanos sino, además, desafíos adicionales.

Para empezar, viven en un resguardo indígena, lo que ha exigido cuidadosos procesos de concertación y diálogo con las autoridades locales. Con el apoyo de la ARN y la Misión de Verificación de la ONU se ha venido trabajando lo que ellos han llamado “Ruta de Reconciliación”, con las debidas concertaciones y socialización con la comunidad. Con la pandemia, la firma de la Ruta quedó aplazada, pero representa un avance importante en cuanto a los procesos de diálogo con las comunidades indígenas en el marco del proceso de reincorporación, basado en un enfoque de territorio, justicia, deberes y derechos.  

Otro desafío constante es la comunicación por vías digitales. Siendo zona rural fronteriza, la señal telefónica no funciona y deben recurrir a la compra de recargas de internet que sólo funcionan en algunos lugares. Esto en medio del aislamiento obligatorio decretado por el gobierno, ha exigido máximo esfuerzo de parte y parte entre las entidades y las personas en reincorporación para estar siempre informados y mantenerse actualizados sobre las novedades y necesidades en el territorio.  

 

Solidaridad en medio de la crisis

En el marco de la reincorporación, los procesos de reconciliación son muy importantes. La comunidad de Tallambí, vive mayormente del comercio con Ecuador y como era de esperarse ante el cierre de las fronteras se ha presentado desabastecimiento y falta de dinero para acceder a los alimentos y productos de aseo.

Por esta razón, la población en reincorporación decidió compartir con la comunidad parte de la producción y distribuyeron a cada familia un kilo y medio de carne de los cerdos que crían, llegando a cerca de 200 familias. También compartieron una dotación de elementos de aseo, desinfección y protección que les fue entregado por la ARN, llegando con esto a cerca de 170 familias. “La idea es apoyarnos entre todos porque estamos muy aislados en una situación compleja”, dice Alberto.

 

Pensando en el futuro

Del grupo de personas en reincorporación que viven en el resguardo, cerca de 90 se organizaron y ya tienen conformada la Cooperativa Multiactiva Frontera Sur Tallambí, con la que esperan dar valor agregado a su cultivo de lulo, que por cuenta de la pandemia tienen represados varios bultos pues antes los comercializaban de manera informal en la zona fronteriza con Ecuador.

“Sería ideal que alguna empresa nos comprara la producción, aunque nosotros lo que más quisiéramos es tener una despulpadora para producir jugos y vender mejor un producto ya procesado”, cuenta Alberto López.

 

 

 

 

 

 


Esperan que pronto pase la contingencia para retomar varias de las iniciativas que tienen en espera y seguir trabajando para salir adelante de la mano con la comunidad de la región. Para estas comunidades indígenas al sur del país, el progreso de uno es el progreso de todos.

 

Nadya González 
Oficial de Información Pública - Regional Pasto
Misión de Verificación de la ONU en Colombia