Lo que nosotros queremos es una oportunidad
A cincuenta minutos de Tumaco, en la vereda conocida como La Variante, está ubicado el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) Ariel Aldana.
Hace calor, pero no sol. La lluvia y la humedad hacen de las suyas con quienes no están habituados al clima. En el Espacio Territorial habitan en viviendas temporales construidas por el Gobierno, cerca de 120 personas, entre ex combatientes y familiares. Poco a poco llegan a una reunión a la que han sido convocados para hablar con funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura - FAO, que vienen a socializar con ellos el inicio de un proyecto que financia la Unión Europea y que llegó al ETCR con el apoyo de la Misión de Verificación de la ONU.
Al inicio no hablan mucho. Ya luego los líderes se animan a preguntar. “Pero entonces vamos a empezar ya?”. Ante los anuncios del inminente inicio del proyecto, varios voluntarios levantan la mano para participar. El comandante de la Unidad Básica de Carabineros de la Policía ofrece a su personal para integrarse a las obras comunitarias y productivas. Los presentes emocionados aplauden.
Desde que viven en el ETCR hace cerca de dos años, sus habitantes han buscado la forma de sacar adelante diferentes iniciativas productivas que les generen ingresos y les permitan tener un proyecto de vida diferente. Con recursos propios que lograron reunir con rifas, bingos y colectas, iniciaron con un cultivo de piña y otro de sábila. También compraron unos cerdos para iniciar con su cría. Son campesinos de vocación.
Martín Trujillo* estuvo 15 años en la guerra. Ahora está en proceso de reincorporación y es el vicepresidente de la Junta Directiva del ETCR. Trabaja también como delegado para el programa de sustitución y es consejero de paz del Municipio de Tumaco. Aunque ninguna de estas responsabilidades le generan ingresos, él lo hace convencido de que así puede aportar para que su reincorporación y la de sus compañeros sea exitosa.
“Uno está acá motivando a la gente para que no renuncie. Para
que siga luchando. Los que estamos acá ya pasamos todas las pruebas. No vamos a decir que no hay ofertas para volver al monte, pero nosotros hicimos un compromiso. Tenemos la convicción de que no queremos volver a las armas. No queremos ser más un instrumento de guerra.” dice enfático.
Ahora tienen la esperanza puesta en el proyecto que llega. Se espera iniciar con siembras para tener alimentos para los habitantes del Espacio, pero a futuro quieren tener un cultivo que sea viable para comercializar. El proyecto también trae la construcción de una obra con impacto comunitario. Por eso, ex combatientes y habitantes de la vereda dialogan para ponerse de acuerdo en qué obra podrían trabajar en conjunto para beneficiarlos a todos y junto a funcionarios de la Misión, realizaron un recorrido para ver en dónde se pueden realizar las ideas que tienen. Las prioridades para todos son el agua, la educación y la salud.
Martin mira con nostalgia los niños que juegan alrededor. “A veces me pongo a pensar, qué hago yo acá tan lejos de mis hijas. Pero quiero seguir trabajando para que los que estamos aquí perseveremos en lo que ya empezamos. No todos tienen la misma paciencia, pero siempre es bueno hacer ver que es mejor estar con la familia, que por ahí esperando a que lo bombardeen a uno.”
“Ojalá yo hubiera pasado esos 15 años con mi familia, estudiando, trabajando…cuando uno estudia ve otra perspectiva. Tantos años prestando guardia, cocinando, huyendo… De qué me sirvió la guerra? No me dejó nada. Siempre estábamos esperando una negociación. El cambio ha sido positivo. Yo antes veía un policía y temblaba; eso es vida... acá hay gente que quiere estudiar administración, sistemas, negocios. Sí, es verdad que tenemos vocación para el campo, pero no todos quieren estudiar lo mismo. Acá queremos aportar al país de diferentes maneras”.
En Tumaco se habla mucho sobre quienes decidieron salir del proceso o retomar las armas, pero pocos ponen sus ojos en quienes en medio de la adversidad y a pesar de algunas demoras, han superado diferentes obstáculos. Los habitantes de este Espacio Territorial siguen buscando la manera de mantenerse lejos de un pasado que no les dejó más que heridas y pérdidas. Ahora le apuestan a este proyecto y esperan que pronto rinda frutos.
Uno de los mayores temores de quienes han estado combatiendo en el pasado, se resume en una frase que anuncia Martín. “Y qué tal que me rechacen? Nosotros sólo queremos que el gobierno y la sociedad nos den la oportunidad. Este acuerdo no se hizo solo para la guerrilla. Es para todos los colombianos. El acuerdo incluye una mejor salud, más inversión en el campo… eso no es sólo para 6.000 excombatientes. Cumplir el acuerdo es cumplirle a Colombia.”
*Nombre cambiado por solicitud del entrevistado.
Por Nadya González, Oficial de Información Pública - Regional Pasto.
Misión de Verificación de la ONU en Colombia.