Palabras de Miroslav Jenča, Representante Especial del Secretario General y Jefe de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas Designado en Colombia ante el Consejo de Seguridad

3 Oct 2025

Palabras de Miroslav Jenča, Representante Especial del Secretario General y Jefe de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas Designado en Colombia ante el Consejo de Seguridad

 

Palabras de Miroslav Jenča, Representante Especial del Secretario General y Jefe de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas Designado en Colombia ante el Consejo de Seguridad

 

Señor Presidente,

Es un honor para mí haber sido designado por el Secretario General como su Representante Especial en Colombia. Agradezco la oportunidad de dirigirme a ustedes hoy, mientras me preparo para asumir formalmente estas nuevas responsabilidades en Bogotá a finales de este mes.

El respaldo del Consejo de Seguridad ha sido fundamental para los logros alcanzados en el proceso de paz en Colombia. Espero trabajar en estrecha colaboración con el Consejo para contribuir a que Colombia siga avanzando por la senda de la paz y la seguridad duraderas.

 Asimismo, deseo reconocer la participación hoy de Su Excelencia Leonor Zalabata, Representante Permanente de la República de Colombia. La presencia de la Embajadora es muy importante, es una mujer de la Sierra Nevada, que es testigo de lo que ha pasado allá y testigo de lo que trajo la implementación del Acuerdo de Paz. Expresamos nuestro agradecimiento al Gobierno de Colombia por su constante colaboración con la Misión de Verificación. En su último informe al Consejo, el Secretario General destaca los esfuerzos del Gobierno y solicita medidas decisivas durante el resto de su mandato para lograr la implementación integral del Acuerdo Final de Paz.

 

Señor Presidente, Excelencias,

En septiembre, inmediatamente después de mi designación, realicé una visita preparatoria a Colombia. Quería reiterar el firme compromiso del Secretario General con el proceso de paz y poder aportar a esta sesión impresiones de primera mano que complementaran su informe.

Durante la visita me reuní con las partes firmantes del Acuerdo y con una amplia diversidad de interlocutores, de todo el espectro político y social, tanto en Bogotá como en el terreno.

La Ministra de Relaciones Exteriores y los funcionarios a cargo de entidades gubernamentales claves responsables de la implementación de la paz presentaron su trabajo en los distintos ámbitos del Acuerdo, desde la reforma rural hasta la reincorporación, las garantías de seguridad y las acciones de atención específica para comunidades marginadas. Destacaron avances, pero también describieron con franqueza las áreas en las que la implementación ha sido insuficiente a lo largo de los años y debe reforzarse mediante acciones concertadas del Estado.

El liderazgo nacional del partido Comunes y las y los excombatientes con los que hablé a nivel local compartieron sus expectativas y preocupaciones —entre las que destaca la seguridad—, al tiempo que reafirmaron su compromiso con el Acuerdo y con su reincorporación pacífica y productiva a la sociedad.

Durante mi visita también se avanzó en la rendición de cuentas por los delitos graves cometidos durante el conflicto. Me reuní con el presidente de la Jurisdicción Especial para la Paz en vísperas de que el tribunal dictara las primeras sanciones contra antiguos miembros de las FARC y de las fuerzas de seguridad, un proceso crucial para garantizar la verdad, la justicia y la reparación a las víctimas. Hablamos del papel fundamental que le espera a la Misión, según el mandato de este Consejo, de verificar el cumplimiento y la implementación de las sanciones.

También agradezco a los líderes de la sociedad civil que generosamente compartieron sus perspectivas sobre el proceso de paz: mujeres lideresas, representantes de comunidades indígenas y afrocolombianas, activistas campesinos, de derechos humanos y juveniles, sectores políticos y miembros del sector privado que están invirtiendo en la paz.

 

Señor Presidente,

Consolidar la paz en Colombia tras décadas de conflicto es una tarea compleja aún en curso. Al reunirnos hoy, el país está entrando en un período delicado que plantea retos adicionales.

Las próximas elecciones nacionales están aumentando la tensión y la polarización política. Las restricciones fiscales afectan la financiación para la paz. Los trágicos actos de violencia recientes y los patrones de inseguridad en ciertas regiones están generando llamados urgentes para mejorar la seguridad.

Al mismo tiempo, me impresionó la determinación de muchos actores en Colombia por seguir avanzando en la implementación del Acuerdo Final de Paz, convencidos de que sigue siendo la hoja de ruta esencial del país para construir paz. Escuché expresiones de agradecimiento por parte de todos los sectores con respecto al trabajo de la Misión de Verificación y del sistema de las Naciones Unidas en Colombia, así como con respecto a la participación activa del Consejo de Seguridad.

 

Señor Presidente,

Como afirma el Secretario General en su informe, Colombia ha avanzado mucho a lo largo de los años en su camino hacia ser una nación más pacífica y segura. No obstante, y especialmente teniendo en cuenta los recientes episodios de violencia, subraya que se debe hacer todo lo posible para garantizar que el país no retroceda, sino que continúe avanzando por la senda de la paz y la seguridad. El Acuerdo de Paz, afirma, es fundamental para la solución.

Entre sus disposiciones clave se encuentran la reforma rural —con el potencial de generar mayores oportunidades de desarrollo y prosperidad en todo el país— y las garantías de seguridad —que pueden contribuir a hacer frente a dinámicas delictivas complejas y economías ilegales—. La implementación de estos capítulos del Acuerdo puede contribuir de manera decisiva a estabilizar las regiones que hoy en día siguen gravemente afectadas por el conflicto, al extender a estas zonas una presencia efectiva del Estado. Se necesitan medidas inmediatas, junto con inversiones sostenidas a largo plazo, para aprovechar plenamente el potencial transformador del Acuerdo. Con respecto a la reforma rural, el Secretario General ha saludado los recientes avances en materia de acceso a la tierra, que abordan un factor históricamente entrelazado con el conflicto armado en Colombia. 

 

Señor Presidente, Miembros del Consejo,

El Secretario General acogió la emisión de las primeras sanciones propias por parte de la Jurisdicción Especial para la Paz como un hito histórico en la búsqueda de justicia para algunos de los delitos más graves y emblemáticos cometidos durante el conflicto. Este es también un momento crucial en la implementación del Acuerdo.

El conflicto causó un sufrimiento inconmensurable a las víctimas y sus familias. El proceso de justicia transicional está dando lugar a condenas sin precedentes y a la aceptación de la responsabilidad por parte de quienes cometieron delitos graves, al tiempo que involucra a las víctimas en el proceso y les ofrece reparación mediante medidas restaurativas que deben llevar a cabo los responsables.

La Jurisdicción Especial para la Paz ha anunciado que dichas acciones restaurativas incluyen la búsqueda de personas desaparecidas durante el conflicto, la remoción de minas y actividades de reducción de riesgos, y la construcción de monumentos conmemorativos e infraestructura comunitaria.

La Misión de Verificación está preparada para verificar de manera independiente y rigurosa el cumplimiento y la implementación de estas sanciones. Es necesario que el Gobierno establezca de manera inmediata las condiciones para que estas sentencias se traduzcan rápidamente en acciones restaurativas en favor de las víctimas. La Jurisdicción Especial para la Paz solicitó la semana pasada al Gobierno y al Congreso que asignaran con urgencia recursos presupuestarios adicionales para este fin.

 

Señor Presidente,

La reincorporación de más de 11.000 exmiembros de las FARC-EP que dejaron las armas y siguen participando activamente en el proceso de paz es fundamental para la integridad del Acuerdo. Como describe el Secretario General en su último informe, también se trata de una necesidad imperiosa para la seguridad de Colombia, clave para evitar la repetición del conflicto.

La Misión está verificando los compromisos pertinentes en materia de reincorporación, haciendo especial énfasis en la seguridad y la sostenibilidad. Con casi 500 excombatientes asesinados desde la firma del Acuerdo, es fundamental mejorar su seguridad y —de igual importancia— la de las comunidades.  Sin embargo, a pesar de esta gran preocupación, observamos un compromiso notable por parte de la gran mayoría de quienes depusieron las armas para reincorporarse pacíficamente a la sociedad. En el espacio de reincorporación de Llano Grande, en el departamento de Antioquia, a donde viajé, los excombatientes cultivaban café y construían, con el apoyo del Gobierno, sus primeras viviendas duraderas desde que dejaron las armas hace nueve años. También participaban en proyectos conjuntos con una comunidad cercana. 

Varios interlocutores destacaron que la inseguridad sigue siendo la mayor amenaza para la paz. La violencia persistente en varias regiones de Colombia —alimentada por las economías ilegales y las disputas entre los grupos armados por el control territorial— está obstaculizando seriamente los avances en la implementación del Acuerdo y afectando profundamente a la población civil. Como ha señalado el Secretario General, se necesitan estrategias de seguridad eficaces en conjunto con políticas de paz. Los grupos armados deben poner fin a todas las amenazas y actos de violencia contra la población civil.

Será especialmente importante que el Estado garantice la seguridad de las próximas elecciones. Este fue un llamado que se transmitió con firmeza durante mi visita, y que la Misión seguirá de cerca en los próximos meses. No pueden repetirse actos atroces de violencia como el asesinato del Senador Miguel Uribe.

 

Señor Presidente,

Para concluir, permítanme expresar la plena disposición del Secretariado para prestar asistencia al Consejo cuando este proceda próximamente a renovar el mandato de la Misión.

Desde su creación, la Misión ha trabajado en diferentes fases del proceso de paz y con sucesivos gobiernos de Colombia que, con distintos enfoques, han asumido la responsabilidad de implementar el Acuerdo. A lo largo de todo este tiempo, la Misión ha proporcionado verificación e informes objetivos, al tiempo que ha trabajado de manera proactiva para identificar soluciones y fomentar relaciones constructivas entre todas las partes involucradas.  

La Misión también ha abogado por la adopción de medidas para ayudar a prevenir incidentes de seguridad, dando la voz de alarma en numerosas ocasiones cuando se identificaron amenazas para la población civil, incluyendo a excombatientes. Como escuché reiteradamente durante mi visita, la presencia de la Misión genera confianza. La voz del Consejo de Seguridad, basada en los informes de la Misión, contribuye a impulsar los avances en el terreno.

Estoy seguro de que la Misión puede seguir desempeñando un papel fundamental al tiempo que se adapta a necesidades y circunstancias cambiantes. Como parte del ejercicio UN80, el Secretario General propuso importantes medidas de eficiencia, preservando al mismo tiempo la capacidad esencial de la Misión para cumplir su mandato. Uno de sus principales activos es su presencia en las regiones priorizadas por el Acuerdo de Paz, incluidas algunas de las zonas más remotas y afectadas por el conflicto. En consonancia con esta reestructuración organizativa más amplia, la Misión ya ha tomado medidas para optimizar sus operaciones, entre ellas la reducción del personal anteriormente desplegado para verificar el cese al fuego, ahora inactivo, entre el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

 

Señor Presidente, Miembros del Consejo,

Colombia es un caso excepcional en el que el Consejo ha podido brindar apoyo específico a un proceso de paz liderado por el propio país. Estas son circunstancias propicias para que las Naciones Unidas sigan realizando una contribución positiva y focalizada.

Les agradezco su atención. Reafirmo mi compromiso con ejercer un liderazgo sólido sobre el terreno para llevar a cabo nuestro trabajo colectivo por la paz y la seguridad en Colombia.

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