Escribieron 200 cartas como parte de un modelo piloto de formación para la ciudadanía impartida por el Ministerio de Educación, con apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones​ - OIM.

“Quiero decirles que, a pesar de todos los actos que cometieron, no les guardo rencor”. “Entendemos su resentimiento social y somos capaces de perdonar sus actos del pasado”. “Me siento satisfecha por la culminación del proceso de paz. Este ha sido un nuevo comienzo para todos y me he tomado el trabajo de ponerme en sus zapatos para intentar comprender su dolor y los motivos que los llevaron a la guerra”. “Con el proceso de paz pudimos ver que quieren cambiar todo lo malo que hicieron y volver a empezar. Dios los bendiga y siga obrando en sus corazones para acabar por completo con esta guerra”.

Con frases como esas, 200 niños y niñas de la Institución Educativa San José, del municipio de La Paz, Cesar, expresaron sus sentimientos a los excombatientes de las Farc que, desde hace casi dos años, viven muy cerca de su escuela, en el hoy llamado Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación, ETCR, de San José de Oriente. Los estudiantes, de entre 12 y 16 años, no solo escribieron las cartas, sino que, un grupo de ellos, se animó a entregarlas personalmente.

—Niños, suban todos por la derecha, despacio, por favor, les indica el profesor Harry Laguna a nueve estudiantes, ocho niñas y un niño, que suben vestidos de uniforme una loma empinada llena de barro, intentando llegar hasta el ETCR de San José de Oriente, donde viven los excombatientes de las Farc.

Los niños iban acompañados por Laguna, su profesor de matemáticas; el rector de la Institución Educativa, Wilmer Galindo Ospino; la orientadora escolar, Loyda Rodríguez y el coordinador de convivencia Humberto Restrepo; dos miembros de la Policía Nacional, y varios funcionarios de la Agencia para la Reintegración y Normalización, ARN. Arriba, tras superar la loma, en el ETCR, había varios funcionarios de la Misión de la ONU apoyando la llegada de los estudiantes al lugar. Dos policías más patrullaban el ETCR. Una tienda y un restaurante estaban abiertos con algunos clientes y en la parte más alta un salón social, hecho de madera y tejas de zinc, estaba listo para albergar a los estudiantes quienes entregarían sus cartas a Farc.

 “Primero los estudiantes manifestaron que querían venir y luego les preguntamos a sus padres si se los permitían. Al final, todos los niños que llegaron tenían una autorización firmada por sus padres con el consentimiento”, explicó el profesor Laguna.  

El encuentro fue el pasado viernes, 27 de julio, un mes después del proceso de la escritura de las cartas, que se dio como uno de los varios ejercicios que idearon en esta institución educativa en la que se desarrolla desde hace unos cuatro meses el modelo piloto de formación para la ciudadanía, impartida por el Ministerio de Educación, con apoyo de la OIM.

El Modelo de formación para la ciudadanía se imparte en 86 escuelas de todo el país y hace parte de las acciones que define el Ministerio de Educación Nacional en el marco del Plan de Formación para la ciudadanía, con el fin de contribuir a la transformación de la escuela como espacio para el desarrollo y la práctica de las competencias ciudadanas de los estudiantes, para el ejercicio de sus derechos.

Se trata, entre otras cosas, de promover prácticas pedagógicas en el aula para el ejercicio de la ciudadanía, de los derechos humanos y la construcción de paz. “Una de las cosas llamativas del proyecto piloto es que el modelo es transversal e involucra a todas las asignaturas”, resalta Wilmer Galindo, el rector del colegio. El modelo incluye formación a los educadores, acompañamiento a las instituciones educativas y acompañamiento individual y grupal con comunidades, agregó. 

En desarrollo de esa estrategia en una clase de matemáticas, la del profesor Laguna, mientras se hacía uno de los ejercicios del modelo, el de toma de perspectiva, que es la capacidad que tiene el ser humano de ponerse en los zapatos del otro, hicimos el ejercicio de ponernos en los zapatos de un reincorporado, porque es una realidad que tenemos cerca, aquí en el territorio y que inquieta a los muchachos”, contó el profesor.

Tras un análisis de información sobre el conflicto armado en Colombia y el proceso de paz en la coyuntura del ejercicio surgió la idea de escribirles. “Profe —dijo un estudiante de once— vamos a escribirles, les vamos a decir qué es lo que pensamos”, y así lo hicieron, y no solo en ese salón, sino que la idea se propagó y resultaron 200 cartas que fueron escritas en la cátedra de producción textual que dirige el profesor Diumer Fernández Vergel.
 

La respuesta

En el salón donde se reunieron los jóvenes en el ETCR, con las autoridades y unos seis exmiembros de las Farc, los niños les explicaron a los excombatientes las razones para escribirles. Ellos, agradecidos, respondieron con un compromiso: “Nos llena de emoción verlos aquí y saber que creen en nosotros. Nuestro compromiso con la paz no tiene reversa, aquí estamos, trabajando, estudiando, cumpliendo el compromiso que hicimos, no con un Gobierno, sino con todo el pueblo colombiano”, dijo Almilda Mindiola, excombatiente, lideresa y antigua enfermera de las Farc-EP. 

El equipo de ARN, que trabaja con esta y otra institución educativa un proyecto denominado Aulas de Paz, también acompañó este proceso, vital para la reconciliación entre las comunidades, las víctimas y los excombatientes que están en proceso de reincorporación. La Misión de Verificación de las Naciones Unidas acompañó este evento de reconciliación.

Por: Jorge Quintero, Oficial de Información Pública - regional Valledupar. 
Misión de Verificación de la ONU en Colombia