Sueños de paz en fotos.
La Biblioteca Móvil de la vereda La Cooperativa, en el municipio de Vistahermosa, Meta, reunió durante varias semanas a mujeres del Espacio Territorial y de su núcleo veredal en torno a cámaras fotográficas. Los talleristas buscaban enseñarles a usar la fotografía como una herramienta para visibilizar su trabajo, su cotidianidad y su rol protagónico en la construcción de paz.
Laritza, Luz Marina y Yinet participaron en estos talleres donde aprendieron sobre composición, regla de tercios, encuadre y enfoque, y encontraron en la fotografía un medio para entenderse y expresarse de una manera distinta; pero además de conocer las reglas de la fotografía y de dar valor a sus labores, estas mujeres vivieron un proceso ejemplar de cooperación y trabajo en equipo.
“Para mí, al principio una foto era algo simple, no tenía mucha importancia, pero lo que entendí es que la fotografía es un medio de comunicación importantísimo, podemos expresar muchas cosas… ¡No sabía que sin necesidad de hablar podía decir todo esto!”, cuenta Yinet. Y es que las fotos que ella y sus compañeras tomaron guardan una gran cantidad de emociones e intenciones.
Entre árboles, animales, casas, palas, partidos de futbol, colores, luces y sombras, empiezan a aparecer rostros de mujeres y niñas de La Cooperativa, incluso los de ellas tres. “En el campo la mujer es prácticamente como discriminada, el trabajo de la mujer casi no se valora o no se nota (…) bueno, tanto en el campo como en la ciudad, y queríamos mostrar que la mujer trabaja y que es un trabajo que se debe valorar”. Con esto en mente, ellas empezaron a fotografiarse entre sí, en su día a día, en sus distintas actividades y facetas, y lograron dar luz a sus historias y a sus sueños.
Ahora, después de la capacitación, las paredes de la biblioteca están destinadas a mostrar a sus visitantes el resultado de su trabajo, la exposición “Mujeres Rurales”, que antes estuvo expuesta en Piñalito y en el casco urbano de Vistahermosa.
“Fue chévere, todas tuvimos buena unión, compartimos bien y nos ayudamos”, comenta Laritza sobre esta viviencia, mientras sostiene la foto que ella misma tomó. “Todo este trabajo que hicimos en equipo es una experiencia, una enseñanza que nos quedó a toda la comunidad fariana y civil”, complementa Yinet mientras insiste en que debe haber más proyectos donde comunidad y excombatientes compartan e intercambien experiencias.
Aprender, eso significó para ellas este taller. Aprender de técnica fotográfica, aprender a reconocerse como mujeres, aprender a reconciliarse y a trabajar juntas como parte de la misma sociedad. “A mí sí me gustaría seguir tomando fotos, ahora soy fanática de la fotografía. Lo que uno aprende no se olvida, si lo practica, nunca se olvida”, concluye Luz Marina, casi a modo de invitación.
Por: Daniela Lucía Vargas Moreno, Oficial de Información Pública - regional Villavicencio.
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