Jóvenes del Centro AfroMitu le apuestan a la paz y a la transformación de su realidad desde el amor por la cocina.

Históricamente afectado por la exclusión y la violencia, el barrio Nuevo Milenio, en Tumaco, costa Pacífica del departamento de Nariño, busca formar líderes para el cambio social. Desde 2007, con la llegada de los Misioneros Combonianos, comenzó la historia del Centro AfroMitu, espacio juvenil que busca ese cambio mediante el fortalecimiento de la identidad cultural de los tumaqueños y de su creatividad a través de la danza, manualidades, biblioteca comunitaria, deporte, recreación, espiritualidad y todas las iniciativas que estos jóvenes deseen emprender.

El centro AfroMitu busca, mediante la reconciliación, gestionar apoyos y acompañamiento para que las personas en proceso de reincorporación accedan también a sus actividades y se involucren en la construcción de estrategias que fomenten la paz. Por esa razón, desde agosto a noviembre de este año, se estuvo desarrollando el proyecto Semilleros de Paz.

Además del acondicionamiento de la biblioteca, entrega de nuevos libros y equipos tecnológicos, se dictaron dos talleres de cocina y capacitaciones de buenas prácticas de manufactura dirigido a los jóvenes de la comunidad y herramientas de enlace comunitario para facilitar la reincorporación de hijas, hijos y familiares de personas en proceso de reincorporación en el barrio y su entorno.

Los talleres

Quince de los más de 110 jóvenes que se benefician de este espacio participaron de los talleres realizados en La Estación del Palomino, restaurante de comida tradicional en Tumaco.  El Chef John Herrera, del restaurante La Vereda Cocina de Origen, ubicado en la ciudad de Pasto, apoyó este proceso y compartió con estos jóvenes toda su experiencia culinaria. 

Las clases de cocina se realizaron en dos sesiones durante la última semana de octubre, y contaron con el apoyo de la Secretaria de Salud de Tumaco y del PNUD Colombia (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo).  Jóvenes de 12 a 24 años tuvieron la oportunidad de aprender sobre los hábitos del trabajo en la cocina, cómo vestirse y presentarse a un cliente, los tipos de riesgos de contaminación y enfermedades transmitidas por alimentos mal manejados y prepararon técnicas diferentes, entre ellas: frituras, salsas, helados, relleno base y pinchos.

De acuerdo con el chef John Herrera, la inclusión de jóvenes en la cocina puede generar beneficios para su formación como: desarrollo de hábitos alimenticios saludables, asociación de la alimentación con un momento de placer, independencia y autonomía, socialización - fortalecimiento del vínculo social en familia, amigos y compañeros de trabajo. Otro punto importante es enseñar el concepto de mantener la cocina y los utensilios limpios mientras se usan. Esta es una forma de desarrollar un hábito positivo desde una edad temprana.

El centro AfroMitu vende diariamente empanadas hechas por estos jóvenes de forma voluntaria, con el fin de ayudar en los gastos mensuales de espacio y recaudar fondos para los proyectos que se desarrollan y el aprendizaje adquirido en los cursos asegura, aún más, el éxito en las ventas, además de motivar el regalo de estos estudiantes para una posible carrera en el área gastronómica.

El evento de cierre

La clausura del proyecto Semillero de Paz tuvo lugar el 1 de diciembre, en el centro de Afromitu. Todos los jóvenes participantes en los talleres estuvieron presentes. Como actividad final, se organizó un concurso nombrado por los futuros cocineros como “Master Chef”.

Divididos en tres grupos, prepararon platos típicos del Pacífico colombiano, que al final, fueron evaluados por dos jurados, provenientes de los restaurantes La Vereda Cocina de Origen y La Estación del Palomino. Los dos profesionales destacaron el compromiso y la profesionalidad presentada por los participantes y principalmente la evolución de estos desde el inicio del proyecto.

Al final del concurso, los participantes recibieron un delantal de cocina para iniciar sus trabajos y un diploma de la Secretaria de Salud de Tumaco por la realización del curso de buenas prácticas de manipulación de alimentos, con validez de un año.

Estos jóvenes tumaqueños conocen el conflicto y lo viven día a día. Saben del largo camino que aún queda, y deciden levantarse todos los días a sumar en este recorrido. Su compromiso, voluntad y disposición quedó reflejada en el entusiasmo y activa participación durante estos talleres y así, a través de la cocina, construyen una realidad distinta, y avanzan hacia la tan soñada paz para todos los colombianos.

La oficina regional de Pasto de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, el PNUD, el Consejo Noruego para Refugiados. Alianza por la Solidaridad, y la Secretaría de Salud de Tumaco acompañaron este proceso. 

Por: Alethea Rodrigues Solha
Oficial de Terreno - Oficina Regional de Pasto
Misión de Verificación de la ONU en Colombia