Pavimentando el camino hacia la reconciliación

8 Feb 2024

Pavimentando el camino hacia la reconciliación


Hace 5 años en la vereda Venus en el municipio de Tuluá, departamento del Valle al suroccidente de Colombia, nació lo que hoy es la Cooperativa Multiactiva Arando la Paz- Cooaranpaz. En 2021 algunos problemas de seguridad obligaron a salir de la vereda a los fundadores de esta iniciativa, que estaban en ese momento dando los primeros pasos en la comercialización de café. La situación obligó a dejar atrás varios avances logrados; cultivos y una bodega en la que iniciaban con el montaje de una secadora de café.
 


Fue un duro golpe y algunos socios decidieron alejarse, pero los que persistieron sabían que no podían renunciar a su sueño. Con esta idea, se trasladaron hacia la zona urbana del municipio y buscaron el apoyo de la alcaldía, desde donde se les brindó ayuda para ubicar sus equipos dentro de las instalaciones del mercado campesino Mercacentro, mediante un comodato.  Hoy en día y tras un arduo trabajo, Cooaranpaz reúne a 40 firmantes de paz y 52 víctimas del conflicto que encontraron en la producción y comercialización de café una nueva opción de vida para ellos y sus familias.

Mercacentro funciona desde hace 23 años y cada martes y viernes abre sus puertas para ofrecer los productos que trae la comunidad campesina desde sus fincas para los habitantes de la zona urbana y de municipios vecinos.
 


Con la llegada de Cooaranpaz, al comienzo las cosas no fueron fáciles. Los productores que llevaban años en el espacio no conocían a las nuevas personas. Cuando les informaron que eran excombatientes, el miedo se apoderó de algunos de ellos, muchos, exintegrantes y pensionados de la fuerza pública.

Eleonora Serna, secretaria de la junta directiva de Mercacentro, relata cómo recibieron la noticia: “Hace algún tiempo llegaron e inicialmente nosotros no sabíamos quiénes eran ellos, y cuando nos dijeron, al principio pensamos: qué va a pasar acá? cómo así que exguerrilleros?”  Pasada la incertidumbre inicial, la junta directiva decidió dar el primer paso. Aquí Eleonora resalta el rol de las mujeres para resolver el conflicto: “La junta directiva de Mercacentro está compuesta en un 70% por mujeres y nosotras como lideresas y como mujeres somos un engranaje y buscamos tener una buena convivencia tanto entre nosotros campesinos, como con otras comunidades y personas. Fue así como buscamos un acercamiento con ellos”.

Humberto Giraldo, integrante de Cooaranpaz y reincorporado de la antigua guerrilla de las FARC- EP, cuenta cómo fue este difícil comienzo: “Nosotros cuando llegamos al Mercacentro nos ubicamos acá en esta construcción que nos cedió el alcalde. Los veíamos a ellos allá. Ni sabíamos que donde vendían vino y pescado, eso era de ex -policías, lo que sí sabíamos era que acá había campesinos que han sido víctimas del conflicto. Ellos estaban muy prevenidos con nosotros, hasta que un día la junta directiva nos invitó a una reunión que tenían y me tocó a mí participar. Era la primera vez que nosotros nos encontrábamos con ellos y ahí les dije que no veníamos a entorpecerles un trabajo, sino a que trabajáramos juntos. Me aplaudieron y todo".

Jaime Alberto Sánchez, ex agente de la policía y uno de los productores campesinos que tiene su puesto de venta en Mercacentro, resalta que: “El tiempo nos ha mostrado unas cosas que al principio me dieron susto. Cuando llegaron ellos, yo me atemoricé y tenía mis recelos”.  En el momento en que pude tener contacto, el diálogo fracturó el temor y vi que ellos son como nosotros”.
 

Pequeñas obras, grandes impactos

Con el apoyo de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas, se gestionaron unos fondos para la compra de materiales que permitieran emprender una tarea aparentemente simple: pavimentar una sección del mercado, en la cual varios productores tenían ubicados sus puestos de venta que durante los días de lluvia quedaban en medio del barro; mientras que en época de verano, viento y polvo acosaban a productores y clientela.  Fue así como se juntaron manos por un bien común. Organizados por turnos, los productores de Mercacentro se dedicaron a trabajar para pavimentar el segmento que requería arreglos. Las jornadas de trabajo se convirtieron en una forma para compartir, intercambiar experiencias y conocerse mejor.
 


Mercacentro tomó otra cara. Propios y visitantes vieron de inmediato los cambios. Comodidad para productores y clientes, seguridad al estar separados del área de parqueo, un espacio más amable y transitable para todos. Fue el primer paso de una colaboración tras un comienzo marcado por la desconfianza y el temor.

Eleonora da testimonio de los cambios positivos que trajo esta iniciativa: “Esta obra fue un impacto muy positivo para el mercado campesino. Era sentarnos a compartir un almuerzo, echar el chiste, sudar, trabajar, y ver el resultado que tenemos en este momento”.

Humberto, firmante de paz, está convencido que fue un acierto ceder para los productores el apoyo que inicialmente estaban buscando para ellos.  “Con la partida que conseguimos con la ONU se han hecho buenas relaciones con ellos porque vieron que sí era como yo les había dicho, que veníamos no a torpedear sino a trabajar con ellos.

Jaime, productor campesino, confirma que ahora ve las cosas de forma diferente: “Acá todos estamos con ganas de salir adelante en nuestros procesos, cada uno con su ambición de desarrollo en su vida.  Yo con mi café, ellos con su café, aparentemente entramos en competencia, pero yo no los veo como competencia. Ese hielo de la rivalidad para mí hoy ya no existe”.

En efecto, esta colaboración rindió frutos. Notaron que unidos lograban cosas importantes, así que continuaron gestionando conjuntamente apoyos con la Misión de Verificación y con distintas entidades como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo- PNUD - y Paso Colombia. Lograron recursos para adecuar una casa en la que trabajarán para realizar encuentros de memoria, unas baterías sanitaras que den condiciones de higiene a productores y compradores, pintaron conjuntamente un mural externo que le da una nueva cara al mercado y reconoce la dignidad campesina. Recientemente, con un nuevo apoyo que brindó la Misión de Verificación, lograron obtener los materiales para ampliar el techo del mercado y lograr que más productores puedan trabajar a la sombra.
 


Las mujeres, por su parte, han creado un comité que actualmente integran 2 firmantes de paz y 5 campesinas que se reunieron en una iniciativa que ellas llaman Jardín Cafetero. Juntas lograron poner en funcionamiento un restaurante y se proyectan para integrar cada vez a más mujeres tanto de Cooaranpaz como del Mercacentro a su iniciativa.  

“El mutuo respeto es la base fundamental de todo. Hay que darles la oportunidad. No es fácil para ellos, se sienten estigmatizados, amenazados, aislados. Nosotros como campesinos y como seres humanos debemos tener un buen corazón y debemos perdonar. No es fácil olvidar, pero si podemos perdonar. Hay que sanar nuestros corazones y seguir adelante”, dice Eleonora mientras sonríe con satisfacción por lo alcanzado hasta el momento.

Hace años, algunos integrantes del Mercacentro estaban tal vez enfrentándose en medio del conflicto, otros de ellos, quizá estarían en el medio de esta disputa sufriendo las consecuencias de una guerra que no pidieron. Excombatientes, ex integrantes de la fuerza pública y campesinos que sufrieron el conflicto, ahora comparten, todos, un oficio.  
 

“Ahora soñamos con que este espacio sea la casa de toda Tuluá, que acá se venga a comer, a bailar, a alimentar el estómago y el corazón con arte y cultura. Aquí respiramos el mismo aire y venimos de la misma tierra”, concluye Jhonatan Sierra, representante legal de Cooaranpaz sobre el futuro de Mercacentro.
 

Por: Nadya González 
Oficial de Información Pública - Regional Cali 
Misión de Verificación de la ONU en Colombia 


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