Declaración de la Misión de Verificación de Las Naciones Unidas en Colombia sobre el Proceso de Paz entre el Gobierno de Colombia y el ELN

1 Ago 2018

Declaración de la Misión de Verificación de Las Naciones Unidas en Colombia sobre el Proceso de Paz entre el Gobierno de Colombia y el ELN

Bogotá, Agosto 1 de 2018 - La Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, toma nota de la Declaración Política del Gobierno Nacional y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), incluyendo la valoración de las partes de no haber llegado a acuerdos completos sobre participación de la sociedad y cese al fuego, pero que recorrieron un camino muy significativo. 

La Misión hace suyo el convencimiento manifestado en la Declaración de que el diálogo es la mejor manera para lograr una solución política a los conflictos, así como la seguridad que, perseverando en él, más temprano que tarde Colombia alcanzará la paz completa.

A invitación de la Mesa de Diálogos en La Habana, el Jefe de Misión, Jean Arnault, se reunió con las delegaciones del Gobierno y del ELN el día de ayer 31 de julio, después de que ambas partes constataron que no existían condiciones para llegar a un acuerdo de cese al fuego. Escuchó el balance que cada delegación hizo de sus actividades y su análisis de los retos a los cuales se enfrentaron en su intento de llegar a un acuerdo.

El Jefe de Misión notó que ambas partes reiteraron su interés común en una veeduría y verificación con participación de la Iglesia Católica y la ONU, y que, recogiendo la experiencia del Mecanismo de Veeduría y Verificación del Acuerdo de Quito, ambas también aspiraban a fundamentar su acuerdo en compromisos, reglas y protocolos concretos y precisos, que hicieran posible un trabajo exitoso de verificación.

Al mismo tiempo, la Misión constata que esta voluntad afirmada conjuntamente de llegar a compromisos claramente definidos sigue enfrentándose a los retos que la Misión compartió en su carta a las partes del 8 de febrero del 2018 sobre su evaluación del cese al fuego bilateral temporal en el Acuerdo de Quito.   Estos mismos retos fueron descritos por el Secretario General en su informe al Consejo de Seguridad del pasado 2 de abril, el cual enfatiza las diferencias de fondo existentes en torno a la definición de acción ofensiva, el alcance de los compromisos humanitarios y el papel del mecanismo de monitoreo y verificación.  

Superar esas diferencias persistentes para lograr un cese al fuego robusto y duradero será el desafío de futuras negociaciones.  Sin embargo, la necesidad de un esfuerzo creativo y continuo para alcanzar un cese al fuego ambicioso que recoja todas las preocupaciones no significa que este proceso de paz no pueda producir efectos positivos inmediatos para la población, incluyendo una reducción de la violencia.   Al contrario, su legitimidad no se puede sostener sin estos beneficios tangibles para las comunidades y la sociedad en su conjunto.   

Las Naciones Unidas mantienen el compromiso de contribuir al éxito de este esfuerzo.

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