Aprender, un camino a la paz

22 Jul 2019

Aprender, un camino a la paz

En San José de Apartadó, Urabá, 33 personas en proceso de reincorporación se graduaron de Básica Primaria dentro de un programa auspiciado por la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, ARN y Consejo Noruego para los Refugiados. La Misión de Verificación acompañó esta actividad.

Ver galería fotográfica

Ya vivió más de medio siglo y por primera vez exhibe con orgullo un diploma que dice que terminó “Básica Primaria”. Se llama José Arcángel Paneso, tiene 60 años y después de estar en la guerra, quiere empezar de ceros, con algo tan simple como aprender a leer y escribir.

“Paneso, estudie; estudie que eso le sirve, me decían los compañeros. Y como si fuera un sueño empecé a hacer lo que no hice de joven”, relata José Arcángel, excombatiente de Farc en proceso de reincorporación, quien durante los últimos 6 meses se ha dedicado a aprender.

 

 

 

 

 

 

 

 

Es así como en semana se dedica a la agricultura y a la cría de marranos. Los sábados, camina 4 horas para llegar a clases y otras cuatro para retornar a su casa en zona rural de San José de Apartadó, en Urabá, Antioquia.

José Arcángel es el mayor de un grupo de 33 excombatientes de Farc que se graduó de Primaria esta semana en la Institución Educativa Rural Bartolomé Cataño Vallejo, de San José de Apartadó, en el marco de un programa de la Agencia de Reincorporación y Normalización -ARN- con duración de 6 meses y operado por la Corporación Alegría de Aprender.

Carolina Rodríguez, coordinadora territorial de la Agencia de Reincorporación y Normalización, ARN, indica que a la fecha se han acreditado 13.084 personas en el país. “Aquí en el municipio de Apartadó, específicamente en San José de Apartadó, se encuentran adelantando su proceso de reincorporación 65 personas que viven dispersas en las diferentes veredas”.

José Arcángel Paneso, a sus 60 años cumplió uno de sus sueños: estudiar.

La Misión de Verificación de la ONU en Colombia acompañó esta jornada que fue particularmente importante porque es la primera vez que se gradúa un grupo tan amplio de población dispersa de personas en proceso de reincorporación, proveniente de 14 veredas.

“En esta graduación me siento muy feliz porque uno no creía que llegaba a esta época. No creía que fuera a recibir un diploma porque ahí donde estaba que iba a saber uno que salía así en esta forma. Es un orgullo para uno sentirse feliz en una cosa de estas”, comenta, el reincorporado, ahora desde la legalidad.

La emoción de esta jornada la sintieron también los docentes: “Hoy es un día histórico para el país porque ustedes cambiaron de estilo de vida, han sido coherentes en sus palabras y consistentes en sus actos. Debemos apoyar desde las instituciones del Estado la oportunidad que nos están brindando. El beneficio es mutuo, hay un compromiso desde la Secretaría de Educación que sigan con el proceso armónico de formación”, les expresó el rector Efraín Antonio Pineda, antes de hacer la entrega de los diplomas.

Cada uno de los recién graduados fue desfilando a recibir su diploma, entre ellos algunas madres lactantes. Otras, mujeres que por años estuvieron en el monte y ahora sueñan, no solo con ser bachilleres, si no profesionales. Es el caso de Silvia Rosa Sepúlveda Villa quien además recibió un diploma por “compañerismo”. “Me siento feliz porque ahora sé leer, escribir, sumar y bueno hay que seguir hacia adelante…Nosotras decíamos, podemos, en medio de muchas dificultades y con orgullo lo digo: lo logré. Ahora lo que sigue es un reto mayor y es terminar el bachillerato, expresa Silvia Rosa.

En su discurso de graduación, Nelida Guerra Tuberquia, excombatiente de Farc, envió un mensaje que resumió la jornada: “Queremos darles las gracias por tener la oportunidad de tener un cambio, una nueva educación. De mi propio corazón y mis propias palabras he escrito para el día de hoy unas que nos pueden llenar como también nos pueden ayudar a construir: Sueños y metas hacia la paz a lo que le hemos apostado desde el momento que llegamos”, finaliza emocionada.


Laure Vive y Elizabeth Yarce.
Misión de Verificación de la ONU en Colombia - Regional Medellín.