Una vez más, el municipio de Uribe da ejemplo de paz.

8 Mayo 2018

Una vez más, el municipio de Uribe da ejemplo de paz.

Hay lugares que cuentan historias. El municipio de Uribe, en el Meta, no sólo la cuenta, sino que está siendo protagonista de un relato de guerra, resistencia, resiliencia y paz. Uribe está rodeado de tres Parques Nacionales Naturales: el Sumapaz, el Tinigua y los Picachos. Por su extremo norte, a través del Sumapaz, limita con Bogotá, la abrumadora capital del país, con una realidad tan cercana y al tiempo tan ajena. 

Uribe es un punto de referencia clave cuando se habla del conflicto colombiano. Allí operó “Casa Verde”, sede del Secretariado de las FARC. Desde su salida de Marquetalia, en el sur del Tolima; el municipio de Uribe, en los llanos orientales, se convirtió en un bastión de esta guerrilla y era además su ruta de acceso a Bogotá. Uribe fue el escenario de los diálogos de paz de los gobiernos de los presidentes Betancur y Barco en la década de los 80, pero también de fuertes operaciones militares durante los 90, e hizo parte de la “zona de distensión” del gobierno Pastrana, entre 1998 y 2002.

Ahora, los 16 mil habitantes de Uribe que han soportado los momentos más difíciles del conflicto se levantan con la misma determinación para recomponer su historia y avizoran un futuro promisorio de paz.

Desde mediados de agosto de 2017, un grupo de alrededor de 65 excombatientes de las FARC que se habían agrupado en la zona veredal de Colinas, en el departamento de Guaviare, salieron de allí para reubicarse en la vereda La Pista, inspección de La Julia, en el municipio de Uribe.

Aunque en este municipio no se estableció una Zona Veredal Transitoria de Normalización (ZVTN), este grupo decidió continuar con su proceso de reincorporación colectiva en este histórico municipio debido a su conocimiento del lugar, su cercanía, e incluso los lazos familiares que mantienen allí.

Uribe está siendo testigo de una trasformación desde la firma e implementación del Acuerdo de Paz entre el Gobierno colombiano y las FARC.

Este grupo de personas se ubicó en un terreno que alquiló con sus propios recursos, y buscan alternativas para comprar el predio, lo que les permitiría concretar soluciones de vivienda y desarrollar sus proyectos productivos a mediano y largo plazo.

Liderados por ‘Albeiro’, o Juan de Jesús, constituyeron una cooperativa a la que se han afiliado otros excombatientes que habitan en distintas veredas del municipio o en zonas cercanas. Hoy suman casi 100 personas, que se entienden como grupo, como comunidad, y como tal trabajan por construir una nueva realidad.

Su cooperativa fue la primera de excombatientes conformada y legalizada en el departamento del Meta, y gracias a la gestión de sus líderes y al apoyo de la cooperación internacional, han empezado a ejecutar pequeñas iniciativas productivas que, hasta ahora, incluyen un cultivo de caña de azúcar, un cultivo de plátano, una huerta y la cría de cerdos y gallinas.

Estas iniciativas son un paso adelante en la implementación de proyectos productivos, un ejercicio de fortalecimiento de la capacidad y experiencia para este grupo, pero también un reto en términos de sostenibilidad y apoyo, condiciones indispensables para que se conviertan en opciones de vida duraderas. 

Hoy, el municipio de Uribe acoge esta iniciativa de paz y transformación, y es nuevamente una muestra de resiliencia y construcción de paz. La determinación de este grupo para buscar nuevos caminos y adaptarse se suma a los esfuerzos de la institucionalidad, las organizaciones sociales y otros actores en la zona, enfocados en la reconciliación y el desarrollo local. Aunque aún es necesario fortalecer la articulación y buscar nuevos aliados que le apuesten a la paz, ya se reconoce la disposición y el interés en alcanzar mejores resultados conjuntos.
 

Por: Daniela Vargas, Oficial de Información Pública - regional Villavicencio.
Misión de Verificación de la ONU en Colombia.