Palabras del Secretario General en la ceremonia de aniversario del Acuerdo de Paz en Colombia en Apartadó, Antioquia.

23 Nov 2021

Palabras del Secretario General en la ceremonia de aniversario del Acuerdo de Paz en Colombia en Apartadó, Antioquia.


Querido amigo, Presidente Iván Duque,  

Excelencias, señoras, señores, 

Amigas y amigos todos: 

Esta es mi primera visita de terreno en tiempos de post-COVID-19.  

Una visita que traduce mi profunda solidaridad con Colombia, sus instituciones y el pueblo colombiano. Solidaridad y homenaje. Homenaje a la generosidad del gobierno y del pueblo compartiendo los recursos del país con los venezolanos que cruzaron la frontera en búsqueda de protección. 

La otorgación a todos del estatuto de protección provisoria es un ejemplo de humanidad en un mundo en donde tantos cierran sus puertas a quienes necesitan de abrigo. Gracias a Colombia. 

 

Queridas amigas y amigos de Apartadó, 

Me complace estar en vuestro municipio y constatar de primera mano los logros de una paz activa y transformadora, pero siempre desafiante.  

Empezar mi sexta visita a Colombia, segunda como Secretario General, aquí, en Antioquia, tiene un significado especial. Es para mí un honor estar con vosotros acompañado por el señor Presidente Duque con quien tantas veces discutí los progresos y los retos de la implementación del Acuerdo de Paz y cuya determinación merece toda mi solidaridad y apoyo.  

El departamento sufrió de forma severa los impactos del conflicto.  

Pero también su gente valiente y convencida por la paz generó y sigue proponiendo soluciones creativas y eficaces.  

Antioquia es un laboratorio de paz. 

Y no es casual que mi visita comience en los territorios. 

El Acuerdo Final de Paz, que mañana cumple cinco años, tuvo el acierto de concebir la paz en Colombia no como un proceso impuesto desde arriba, sino como un enorme esfuerzo de construcción – y cito textualmente – “desde las regiones y los territorios y con la participación de las autoridades territoriales y los diferentes sectores de la sociedad.” 

Tuve esto en mente cuando visité hoy dos regiones emblemáticas del conflicto, que ahora son epicentros de paz. 

Esta mañana, en Llano Grande, excombatientes en proceso de reincorporación y líderes de la comunidad mostraron que, junto con entidades del gobierno y acompañados por la comunidad internacional, es posible vencer los desafíos vinculados al acceso a la tierra y a la vivienda, y consolidar las iniciativas económicas.  

Más aún, que es posible superar divisiones históricas por el bienestar de las comunidades, avanzando hacia la reconciliación.  

Esto requiere trabajar conjuntamente con los representantes de organizaciones de mujeres, indígenas y afrocolombianas, organizaciones de derechos humanos, ambientales y de jóvenes. 

Las mujeres han estado en el centro de los esfuerzos desde el principio.  

Esto se refleja en mis interacciones durante esta visita. 

La perspectiva de género pasa por todo el acuerdo, concentrándose especialmente en áreas como la reincorporación, la reforma rural integral, la búsqueda de una solución al tráfico ilícito de drogas y la atención a las víctimas.

Y sabemos que la representación de las mujeres puede ayudar a generar más inclusión. Espero que el próximo año pueda traer un progreso positivo en esta área también para todo el pueblo colombiano. 

 

Queridos amigos:  

Aquí, en Apartadó, he sido testigo de los esfuerzos del gobierno y de las comunidades para avanzar los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial – los PDET.    

Estos programas, previstos en el Acuerdo, son un esfuerzo noble y necesario para mejorar las condiciones de todas aquellas personas que construyen sus vidas en territorios golpeados por el conflicto. 

Quiero destacar el espíritu participativo de los PDET que hoy pude constatar.   

La identificación de prioridades de desarrollo por parte de la comunidad y la igualdad de participación de las mujeres y de todos los grupos vulnerables en su diseño son fundamentales. 

Debemos seguir el camino mostrado por las negociaciones del Acuerdo y asegurar a las mujeres el lugar central que les corresponde en la concepción y la ejecución de los programas de desarrollo.  

Las propuestas y las respuestas articuladas por parte de las autoridades nacionales y locales, y el apoyo de la comunidad internacional, también son clave para el éxito de su implementación.   

El sector privado contribuye a impulsar y consolidar esta paz territorial.  

El conflicto había roto la confianza entre comunidades y el Estado.  

El Acuerdo de Paz ofrece soluciones a través de la presencia integral de un Estado inclusivo con la participación significativa de los que estaban excluidos y quienes han padecido el conflicto.   

 

Amigas y amigos todos: 

Mantener el paso firme de este proceso requiere soluciones eficaces frente a sus desafíos. 

Escuché también con preocupación que varias regiones siguen afectadas por el impacto de la inseguridad. 

Las acciones de actores armados ilegales, los asesinatos por ellos hechos de líderes locales, de excombatientes o de defensores de derechos humanos hunden las esperanzas de comunidades, así como también ponen en jaque las perspectivas del desarrollo sostenible. 

Y quiero desear a las mujeres y hombres de las fuerzas armadas y de las fuerzas de seguridad, el máximo éxito combatiendo a todos aquellos que continúan con violencia en un país que quiere la paz. 

Es importante recordar que el Acuerdo de Paz contempla mecanismos innovadores, que deben ser utilizados en su pleno potencial para proteger a personas y comunidades y desmantelar a los grupos armados ilegales.  

El programa de sustitución voluntaria de cultivos ilícitos es también un instrumento importante de consolidación. 

 

La paz requiere enfrentar el sufrimiento del pasado.   

Y la reconciliación es el único camino hacia una paz estable y duradera.  

Me llena de satisfacción que en Antioquia y en el Urabá, las víctimas, con su generosidad, y los responsables del daño causado, con su compromiso, están dando pasos importantes en esa dirección.  

Quisiera concluir reiterando que la paz de Colombia pasa necesariamente por la paz de los territorios.   

Les aliento a aprovechar esta oportunidad histórica de convertir el anhelo de la paz en realidad.   

Pueden contar con el apoyo firme de Naciones Unidas a vuestro labor. 

Muchas gracias. 

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