Yirley Velasco es la representante legal de la Asociación Mujeres Sembrando Vida, que apoya a mujeres víctimas de violencia sexual en los Montes de María. Ella, víctima de la masacre de El Salado, dice que el perdón es clave para la construcción de la paz. Este es su testimonio, con motivo del Día Internacional de la Mujer.
 

"Yo fui víctima de violencia sexual en la masacre de El Salado, en El Carmen de Bolívar, el 18 de febrero del 2000. Cuando tenía 14 años me violaron muchos paramilitares. Tengo una hija, la cual creo que sabe más de lo que yo pienso. Me torturaron, me marcaron; mi mamá fue testigo de todo lo que me hicieron. Ella estaba ahí. Yo me llegué a sentir tan culpable, que no era capaz de mirarla a los ojos. Intenté quitarme la vida varias veces; luego me encerré criando a mi hija; no quería vivir, pues no le veía valor a la vida en ese momento. Yo siempre he dicho que ese 18 de febrero me mataron, pero solo ese día, porque ahora estoy viva, y a pesar de tantas circunstancias, estoy luchando. Pero, desde ahí, desde ese momento tan feo que viví, empezó mi calvario, pero también empezó mi lucha.

Yo trabajo en comunidades y en veredas apoyando a mujeres que, como yo, han sido víctimas de violencia sexual. El apoyo lo realizamos a través de la asociación Mujeres Sembrando Vida, la cual empezamos desde el año 2007, y que formalizamos en 2017. Yo soy la representante legal de esta organización. Llevo 18 años siendo lideresa y defensora de derechos humanos.
 

Llevo una lucha constante por defender los derechos de las mujeres que les ha tocado vivir en carne propia la violencia, así como yo la viví. Yo creo en el perdón, creo en Dios, a pesar de tantas dificultades y obstáculos que enfrento, y creo en las organizaciones que de una u otra forma trabajan por defender el Acuerdo de Paz, por el cual nos la ‘guerreamos’ día a día.
 

Yo creo en el perdón, creo en Dios, a pesar de tantas dificultades y obstáculos que enfrento, y creo en las organizaciones que de una u otra forma trabajan por defender el Acuerdo de Paz. 

Estoy segura de que este acuerdo de paz es una oportunidad enorme para que a otras personas, mujeres y hombres, no les toque vivir lo que a mí me ha tocado vivir en carne propia; para que no les toque vivir violencia sexual, violencia intrafamiliar ni ningún tipo de violencia. Yo creo que podemos salir adelante y creo que la paz sí la podemos lograr, por eso le apostamos a este Acuerdo de Paz y a las organizaciones que lo apoyan.
 

Hoy estoy aquí en El Carmen de Bolívar, pero yo no me la paso aquí; me toca estar de un lado para otro, porque tengo problemas de seguridad. Me amenazan, y yo no sé por qué. Creo que es porque soy una mujer que ha hecho su trabajo, y parece que eso a mucha gente le molesta; mucha gente no quiere que se denuncie la violencia sexual. Nosotras, desde la asociación, acompañamos muchos casos de mujeres que han sido víctimas de violencia sexual.

Hace un año, la Comisión Interamericana de Derecho nos otorgó medidas cautelares, a mí y a mi familia, y le ha dado órdenes al Estado de que cuide nuestras vidas. A mí, cuando me hablan de seguridad, yo no me veo en una camioneta con dos hombres; para mí seguridad es que yo pueda seguir trabajando en este territorio, que me garanticen una vida tranquila.

En conmemoración del Día de la Mujer, quiero darles un mensaje a todas las mujeres y al país. Yo, Yirley Velasco, después de todo lo que viví, creo en el perdón y, por lo tanto, creo en la paz y la reconciliación. Nosotros podemos empezara a construirla desde nuestros corazones. Por eso trabajo fuertemente en la exigibilidad de los derechos desde la sororidad". 
 

Yo, Yirley Velasco, después de todo lo que viví, creo en el perdón y, por lo tanto, creo en la paz y la reconciliación.

Por: Jorge Quintero 
Oficial de Información Pública - Oficina Regional Valledupar
Misión de Verificación de la ONU en Colombia