Foro virtual: “La paz en emergencia: Avances y retos del Acuerdo en tiempos de pandemia.” Palabras Carlos Ruiz Massieu, Jefe de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia.
Bogotá, mayo 8 de 2020.
Muchas gracias. Un saludo muy especial a todos los que se conectan desde diferentes lugares a esta transmisión. A mis colegas que participan en este panel, y un agradecimiento especial tanto a la alcaldía de Bogotá como a Colombia 2020, por la invitación y por fomentar estas reflexiones sobre la implementación del Acuerdo de Paz, para que siga vigente en la agenda pública aún en medio de la crisis de la pandemia del Covid-19.
La pandemia del Covid-19, sin duda, está impactando la implementación de los Acuerdos y nos ha obligado a todos a recrearnos, adaptarnos y seguir trabajando por su implementación plena e integral. En este sentido, primero me gustaría reconocer algunos puntos positivos de esta readaptación y luego volver a algunos de los retos. En nuestro más reciente informe del Secretario General de la ONU al Consejo de Seguridad, reconocimos que a pesar de los desafíos que impone la pandemia, las partes signatarias del Acuerdo de Paz- Gobierno nacional y FARC- mantienen su compromiso para continuar avanzando en la implementación. Esto es bastante positivo.
Otro tema muy importante es que, aún con las dificultades de la implementación de los Acuerdos, impuestos por los desafíos de la pandemia, hemos experimentado flexibilidad, solidaridad y empeño de diferentes sectores en Colombia. Esto ha salido a relucir muy claramente. Y creo que un ejemplo que vale la pena mencionar, es la reorientación de varios proyectos de reincorporación de Farc de carácter textil hacia la confección de tapabocas. Creo que esto muestra readaptación, voluntad y sobre todo solidaridad en estos tiempos. Y ahí, no solamente confluye la propia reincorporación y los propios excombatientes, sino otros sectores en Colombia que apoyan este tipo de iniciativas. Y por mencionarlo en el contexto de Bogotá, una empresa colombiana: “Manifiesta” que está presente en la ciudad, ayuda a la comercialización de los tapabocas hechos por las personas en proceso de reincorporación del antiguo ETCR de Icononzo en el Tolima.
A la par de esto, varios mecanismos derivados del Acuerdo de Paz funcionan de manera virtual. Es muestra de la voluntad de mantener el diálogo y la cooperación, y escenarios para llegar a consensos o dirimir controversias. La Comisión de Seguimiento, Implementación y Verificación (CSIVI), el Consejo Nacional de Reincorporación, los PDET, el Consejo Nacional de Paz, entre otros espacios, han sesionado en las últimas semanas. Asimismo, hemos observado la voluntad y disposición de mandatarios locales por mantener elementos del Acuerdo de Paz en las propuestas de sus planes de desarrollo. Claramente Bogotá es uno de ellos. La estrategia que le permitirá a la ciudad implementar el Acuerdo de Paz y la promesa de que Bogotá- Región sea epicentro de paz, se preserva y se consolida.
Ahora bien, los desafíos en este contexto son varios. Las restricciones a la movilidad y el aislamiento no solo limitan la ejecución para que los programas del Acuerdo lleguen a quienes dejaron las armas de buena fe y están en el proceso de reincorporación y a las comunidades más afectadas por el conflicto, sino que genera incertidumbre sobre los esperados beneficios de paz que todos seguimos esperando que se vayan consolidando.
De los desafíos, el primero es el efecto que la pandemia y las medidas tomadas para contener el Covid-19 pueden generar algunos retrocesos en los logros alcanzados, hasta ahora en el camino de la consolidación de la paz, precisamente por la pausa impuesta por la pandemia. La suspensión o postergación de acciones directas, visitas de seguimiento o de asistencia técnica, limita la participación de la institucionalidad en el territorio, de FARC, de sociedad civil que ha sido un actor clave en estos procesos, dificultando la articulación de respuestas adecuadas para seguir avanzando. Creo que debemos continuar recordando y protegiendo, en colectivo, los avances en la implementación del Acuerdo de Paz y retomarlos para profundizarlos cuando se haya superado la pandemia.
El segundo de los desafíos y uno de los más importantes, se refiere a los riesgos y la vulnerabilidad que los territorios con presencia de actores armados están teniendo en este momento: a pesar de la pandemia y las restricciones oficiales que se han impuesto, acciones violentas siguen impactando territorios y comunidades. Como sabemos, el tema de seguridad ya era el tema más delicado en la implementación del Acuerdo, aún antes de la pandemia. En este sentido, hay mecanismos del Acuerdo que tenemos que garantizar que sigan funcionando: la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad también podría sesionar virtualmente y esperamos que vuelva a sesionar virtualmente por qué es importante seguir avanzando en el tratamiento de la seguridad en los territorios.
Por ello, el Secretario General de la ONU hizo un llamado a un cese al fuego global para que los esfuerzos se dediquen a la prevención y atención de la pandemia del Covid-19, y esto también nos ayudará en la protección y seguridad y por ende en la implementación de los Acuerdos. Yo como el representante del Secretario General en Colombia, seguiré insistiendo en la importancia de llegar a cese en el contexto colombiano porque lo importante ahora es proteger la vida por encima de cualquier otra consideración.
En temas de seguridad, lamentablemente Bogotá no ha sido ajena a estas afectaciones. Con las continuas amenazas contra líderes sociales y excombatientes o los conflictos sociales derivados de la atención humanitaria para atender las necesidades derivadas del confinamiento ante las medidas tomadas. Sabemos, por ejemplo, que en la localidad de Kennedy un grupo de mujeres excombatientes siguen siendo amenazadas a lo que se le suman otras violencias que surgen en el marco del confinamiento. En este sentido, hago un llamado a incrementar medidas de prevención, protección y respuesta ante el impacto que las mujeres, en particular, están sintiendo, en términos de seguridad, con el aumento de la violencia de género y en sus hogares a causa del confinamiento.
Por último, comparto con ustedes un tercer reto. Reconozco la complejidad que implica mantener la atención y respuesta a tantos asuntos en medio de la emergencia sanitaria. Sin embargo, gran parte de los desafíos a los que se enfrenta Colombia, incluido aquellos relativos al acceso y atención en salud, encuentran su respuesta en el Acuerdo de Paz. Los PDET, como el de Sumapaz y en el borde Bogotá-Soacha, son estrategias que marchan en esta dirección y ayudarán a cumplir la promesa que el Acuerdo de Paz llegue a las comunidades afectadas por el conflicto. Un paso esencial, en este sentido, es garantizar que la población en proceso de reincorporación, así como los líderes sociales, las víctimas, y las comunidades en situaciones de vulnerabilidad, sean tenidas ampliamente en cuenta en la respuesta estatal frente al Covid-19.
Para concluir, quiero compartir dos mensajes adicionales:
Si se mantiene el esfuerzo colectivo y sostenido de las partes signatarias, la disponibilidad adecuada de recursos (este es un tema muy importante), el compromiso de la diversidad de actores, incluida la comunidad internacional, y mantenemos a las comunidades y a las víctimas en el centro de cualquier respuesta, la esperanza de la paz se consolidará en Colombia. Reitero el compromiso de la ONU con Colombia y Bogotá en sus esfuerzos por consolidar la paz, en medio de la pandemia.
Tenemos muchas afectaciones por la pandemia y las seguiremos teniendo. Pero la paz en Colombia no puede, de ninguna manera, ser una víctima más de esta pandemia y con ello tenemos la obligación colectiva para evitarlo. Tenemos que trabajar para que no obstante la pandemia, la paz siga estando en el centro de la agenda y nosotros colaboremos para que siga avanzando, porque no solamente va a ser respuesta a todas las expectativas de Colombia, sino también un vehículo para aliviar en medio de la pandemia con problemas estructurales que tenemos el país.
Muchas gracias.
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