El Catatumbo y su deseo de ser la despensa de alimentos de Colombia

27 Dic 2022

El Catatumbo y su deseo de ser la despensa de alimentos de Colombia


En El Tarra, Norte de Santander, la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, acompañó la Asamblea Cocalera del Catatumbo. Las comunidades presentaron propuestas al gobierno sobre la problemática de los cultivos ilícitos, el reordenamiento territorial y las perspectivas de paz en el territorio.

 


“El Catatumbo debe ser la despensa agrícola de Colombia, en ninguna parte del país se puede producir la cantidad de alimentos que da esta tierra “. Con esta frase inició su intervención Deiver, un habitante de la región del Catatumbo quien fue consultado en una mesa de diálogo sobre la problemática de la economía basada en los cultivos de hoja de coca que existe en la región más grande del Norte de Santander.

Durante dos días más de 5 mil personas llegaron al municipio de El Tarra para preparar cuatro documentos que debían ser presentados al presidente Gustavo Petro y tratar de destrabar el nudo eterno que durante años ha dejado muerte y atraso en una región que es increíblemente rica en recursos naturales. Esto, en el marco de la primera Asamblea Cocalera del Catatumbo que se acordó con el presidente en su histórica visita a este municipio a 20 días de su posesión en agosto de 2022. 
 


“La implementación integral del Acuerdo de Paz nos permitiría avanzar en la reforma rural y en el reordenamiento territorial del Catatumbo “, explicó uno de los representantes de las organizaciones sociales. Él se refería al acceso a tierras como uno de los mayores deseos de los campesinos. Y es que, por el aumento considerable de cultivos de hoja de coca, las tierras en el Catatumbo se las adueñaron personajes externos que están en el negocio del narcotráfico. “Con el aumento de cultivos de coca las fincas se extendieron y se parcelaron de forma desordenada, el cultivo llegó a zonas de reserva forestal y a territorios ancestrales de la comunidad indígena Barí. Los esquemas de ordenamiento territorial están desactualizados en todo el Catatumbo”, añadió en su intervención. Anotando que, por ejemplo, en el municipio de Teorama no se actualiza el esquema de ordenamiento territorial desde al año 2002. Veinte años de incertidumbre sobre los límites y los nuevos linderos que trajo la economía de la coca.  

Durante la Asamblea, los campesinos del Catatumbo explicaron que las transformaciones que ha traído el modelo basado en la hoja de coca han sido diversas. Sienten que la bonanza que existió trastocó la cultura de la región. "Nosotros somos campesinos y siempre nos ha caracterizado la alegría y la disciplina para cultivar nuestros alimentos y producirlos, hoy a los jóvenes solo les interesa hacer plata y nada más“, explica uno de los habitantes de la vereda Honduras ,  y se refiere al cambio generacional que en el campo también es evidente debido a que los jóvenes que apenas están saliendo de la adolescencia no han tenido un camino diferente a raspar la hoja de coca y recibir jugosas remuneraciones que se traducen en el malgasto del dinero.  
 


Las transformaciones han llevado a analizar entre las mismas comunidades, cuál es el fondo del problema. La mayoría coincidieron en la frase “el problema no es la mata, es el modelo“, es que muchas de las propuestas apuntan a mantener los cultivos de hoja de coca, pero bajo un proceso de instrustrialización e innovación que permita lograr productos de uso lícito en el mercado. Ya existen algunas iniciativas como cerveza o aguas aromáticas basadas en hoja de coca. También las propuestas de la sustitución de cultivos son llamativas por la productividad de la tierra del Catatumbo y por eso se clamó por la implementación del Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos (PNIS) derivado del Acuerdo de Paz. 

Uno de los temas más importantes de la tierra del Catatumbo es la afectación ambiental que por causa de la economía de la coca ha dejado miles de hectáreas deforestadas y daños invaluables a las fuentes de agua. Por eso una de las propuestas de la Asamblea se centró en que el reordenamiento territorial debe estar basado en el agua como eje central, ya que el cuidado de los afluentes debe ser una de las prioridades de una región. El cuidado de los bosques, y la reforestación es una responsabilidad de las mismas comunidades que entre ellas y sus diferencias deben lograr la preservación de la naturaleza. En ese sentido el presidente Petro, incluso, propuso que los indígenas Barí pudieran ser los encargados del cuidado a través de un pacto social con el campesinado y en el marco de una política pública.  
 


Raúl Rosende, el Representante Adjunto del Secretario General de las Naciones Unidas en Colombia enfatizó en que el punto 1 del Acuerdo de Paz, la Reforma rural integral, es el corazón de la construcción de paz y que el rol protagónico de las comunidades en la implementación del Acuerdo es esencial para lograr un futuro en paz. El presidente Gustavo Petro destacó la organización de la comunidad catatumbera y dijo que un pueblo organizado es necesario para la gestión del poder popular.   
 


Las comunidades del Catatumbo dejaron ver su firme convicción hacia la paz, su organización y disposición para lograr una reforma rural que permita reordenar el territorio y sacar el máximo provecho de sus recursos naturales. Entienden las problemáticas de los modelos extractivos, pero se organizan para buscar soluciones y lo más importante, nunca pierden la alegría, porque al catatumbero nadie le quita la sonrisa. 
 

Por: Diego Morales
Oficial de Comunicación Estratégica - Regional Cúcuta
Misión de Verificación de la ONU en Colombia