La vereda de Playa Rica está aproximadamente a 75 kilómetros de la cabecera municipal de La Macarena, Meta, en un recorrido de un poco más de cuatro horas de trocha -cuando el invierno no hace intransitable el camino-. A este lugar llegó el viernes 20 de octubre una comisión conformada por representantes en el departamento del Meta de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Oficina del Alto Comisionado para la Paz (OACP), la Agencia de Reincorporación y Normalización (ARN), la Agencia de Renovación del Territorio (ART), el SENA y la Gobernación del Meta.

La visita, facilitada por la Misión de Verificación de la ONU, tenía varios objetivos: la Gobernación instalaría una zona de wifi en la vereda, el PNUD haría entrega de un computador, una impresora y otros materiales de oficina a la Junta de Acción Comunal, se haría un recorrido conjunto por los proyectos productivos de autoabastecimiento adelantados en el ETCR para validar y apoyar su operación, y se darían encuentros entre estas instituciones y los habitantes de la zona para escuchar inquietudes y tratar de resolver temas pendientes.

Sin duda, en medio de la apretada agenda, el logro más significativo era la presencia misma –y por primera vez- de todas estas entidades juntas en la vereda, como una muestra de que pese a las dificultades, el compromiso del Estado y de la Cooperación Internacional sigue firme, especialmente con las zonas más afectadas por las dinámicas del conflicto armado. Con el concurso de los líderes comunales y el valioso apoyo del equipo local de la Misión, dos numerosos grupos de personas se reunieron primero en el polideportivo de Playa Rica, y luego en el ETCR, en un contexto que unos años atrás habría sido, si no imposible, al menos bastante improbable. 

“Antes del proceso de paz, no podíamos pensar en la posibilidad de tenerlos a todos ustedes aquí” señalaba don Gustavo, un líder comunitario. Él y su comunidad, reconocen que el acuerdo entre el Gobierno y las FARC representó una transformación significativa para sus vidas, a nivel individual y colectivo. No obstante, tanto él como los demás habitantes de la vereda y del ETCR, han visto frustradas muchas de sus expectativas. Los retrasos, desacuerdos y obstáculos en la puesta en marcha de distintas iniciativas han hecho que comunidades como la de Playa Rica no sientan aún los beneficios derivados del acuerdo y de la paz positiva, que van más allá del fin del conflicto armado. 

Esta visita permitió realizar un ejercicio de escucha mutua. Tanto en el polideportivo como en el ETCR, instituciones y comunidad hablaron de sus inquietudes y de las posibilidades de avance. Aunque fue apenas un primer paso, la franqueza y disposición de todas las partes sirvió para aterrizar las ideas de futuro y para renovar de alguna manera algo de la confianza necesaria para avanzar y dar respuesta a preocupaciones tan válidas como la provisión de servicios públicos, la salud, la conectividad vial, la educación, entre otros temas priorizados.  

La comunidad de Playa Rica y las veredas cercanas, piden que no haya “más planes hechos desde los escritorios que aterrizan en los territorios”, les interesan los procesos de construcción participativa, en los que las mujeres y los hombres que viven día a día las condiciones del terreno se involucran activamente en la toma de decisiones, y son tenidos en cuenta tanto para identificar los problemas, como para definir y ejecutar las soluciones, creando así un ciclo virtuoso de desarrollo y empoderamiento comunitario. 

Los corazones de estas personas siguen creyendo que un país distinto es posible y saben que en medio de todos los frenos y reveses, no es momento de bajar la guardia: “No perdamos la esperanza, esta es una oportunidad que no llega dos veces”, señalan en Playa Rica, recordando a todos el compromiso que tiene cada colombiano y colombiana con su historia y su futuro. 

Por: Daniela Vargas, Oficial de Información Pública - Regional Villavicencio. Misión de Verificación de la ONU en Colombia.