Aromas de la paz en Dabeiba

15 Jul 2024

Aromas de la paz en Dabeiba

 

Aromas de la paz en Dabeiba
 

  • El olor del café recién preparado, el de las esencias de romero y albahaca y el del aire fresco de las cascadas, son algunos de los aromas que esparce la paz en Dabeiba, Antioquia, gracias al Acuerdo de Paz. Aquí las historias de proyectos de hombres y mujeres, firmantes de paz, a los que poco a poco se unen las comunidades.
  • El antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de Llano Grande, fue sede del Encuentro de Experiencias de Turismo y Café de la Federación Efraín Guzmán que agrupa a firmantes de paz de los departamentos de Antioquia, Chocó y Córdoba y la región del Eje Cafetero.
  • Excombatientes de Antioquia lideran proyectos colectivos e individuales de turismo y café en Medellín y el área metropolitana, Mutatá, Dabeiba, Urrao, San Carlos, Fredonia e Ituango.

 

Antiguo Espacio Territorial de Capacitación de Llano Grande, en Dabeiba, Antioquia. Fotos: Elizabeth Yarce.
 

Dabeiba, 15 de julio de 2024. El olor del café recién preparado, el de las esencias de romero y albahaca y el del aire fresco de las cascadas son algunos de los aromas que esparce la paz en Dabeiba, occidente de Antioquia, gracias al Acuerdo de Paz.

—¿Sabe a qué huele la paz? —pregunta María Elda Ramírez, firmante de paz.

— Huele a menta, hierbabuena, albahaca y romero. Es decir, a la tranquilidad de soñar con tener la familia, trabajar y ser mujer lideresa. Huele a empoderamiento. El aroma es mucho, porque los sueños siempre han sido aportarle a este proceso de paz, con el tema de la confianza, del diálogo, de la reconciliación con las comunidades y con las víctimas —responde la mujer.

Después de la dejación de armas, hace 7 años, y de estar 35 años en las filas de las Farc, María Elda cultiva ahora plantas aromáticas para producir jabones, champú y otros productos en “La Marcha: mujeres artesanas por la paz”, emprendimiento femenino, ubicado en la vereda Godó, de ese municipio.
 

María Elda Ramírez, Dioselina Tuberquia y Doris Higuita, firmantes de paz, que lideran “La Marcha: mujeres artesanas por la paz”.


“Somos un colectivo de mujeres firmantes de paz, artesanas, la mayoría madres, y estamos involucrando a la comunidad, en especial a las compañeras indígenas de la vereda Choromandó, en el Cañón de La Llorona. Antes, manejábamos solamente los jabones de lavar y de baño. Ahora, tenemos 17 líneas: contamos con crema corporal, champú y acondicionador sólidos. También estamos trabajando el producto de “mentiplantas” y la ventaja más grande es que nosotras mismas cultivamos”, agrega Doris Higuita, una de las fundadoras del proyecto.

Explica que desde 2020 han tenido distintos apoyos en el proceso de crecimiento, entre ellos de PNUD, la Misión de Verificación de la ONU, embajadas de algunos países como Noruega y ONG nacionales e internacionales, sector privado (A través de Alianza Soluciones y Sodexo) y Gobierno, a través de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, ARN.

Dioselina Tuberquia, madre de cuatro hijos, relata que por estar en la guerra no pudo criar a tres de ellos. Ahora, que se reencontró con su familia y volvió a ser mamá, halló en este proyecto una posibilidad de progreso. “Fui madre, otra vez, a los 42 años, y por primera vez he podido compartir con mi hijo, estoy estudiando y trabajando. La mejor manera de hacerlo es con un proyecto que me permita trabajar sin dejarlo solo y animar a otras mujeres a que se unan. Ahora solo sueño que mi niño se sienta orgulloso”.

En “La Marcha: mujeres artesanas por la paz”, trabajan actualmente 12 mujeres, la mayoría firmantes de paz y esperan que se convierta en un proyecto que involucre a más de ellas de la comunidad, como una manera de fortalecer la economía del cuidado y el crecimiento inclusivo.
 


El aire de las montañas

A varios kilómetros de allí, en el antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación -ETCR- de Llano Grande, localizado a una hora de la cabecera municipal, los y las firmantes de paz trabajan en iniciativas de café y de turismo para avanzar en su reincorporación.

Al inicio del proceso de paz, el sueño que tenían para reincorporarse era estudiar y emprender proyectos agrícolas y de piscicultura. Hoy, aunque mantienen esa vocación agraria y la mayoría de esos proyectos continúan, las iniciativas individuales y colectivas para convertirse en guías turísticos y para ser caficultores y baristas son su gran apuesta.

Estas historias se repiten en varios municipios de Antioquia donde se están conformando asociaciones y cooperativas de firmantes de paz en las que involucran, poco a poco, a las comunidades para conformar, en su mayoría, iniciativas de turismo y café.
 

En el antiguo ETCR de Llano Grande, en Dabeiba, se construyó este hospedaje para impulsar el recorrido turístico.


Así se evidenció hace pocos días durante un encuentro convocado por la Federación Efraín Guzmán (que agrupa a firmantes de paz de los departamentos de Antioquia, Chocó y Córdoba y la región del Eje Cafetero), donde se analizó cómo fortalecerse en esta materia.
 

Avistamiento de aves en Dabeiba. Foto cortesía: Travesías por la Paz.


“En el caso del turismo, es una apuesta que la Federación ha venido consolidando desde hace rato. Buscamos que los proyectos productivos que están un poco aislados en los territorios se vayan integrando. Y quienes están al frente de estos proyectos productivos, se apropien y las vean en una extensión mayor”, explica Sebastián Berrío, subgerente de la Federación Efraín Guzmán.

En Dabeiba existen varios proyectos de turismo que lideran las personas en proceso de reincorporación. Uno de ellos es Travesías de Paz. “Estamos desarrollando un proyecto de turismo rural de tipo comunitario. Se está trabajando el tema de unos senderos, hospedajes, también comunitarios, restaurantes y cascadas”, relata María Higuita, firmante de paz.

Otras apuestas  turísticas y ecoturísticas se afianzan en Antioquia donde existen proyectos colectivos e individuales de turismo en Medellín y el área metropolitana, Mutatá, Dabeiba, Urrao y San Carlos. Mientras que se desarrollan otros de café en Fredonia, Ituango, Dabeiba, Mutatá y Urrao.

La cooperativa Cotepaz, que agrupa a firmantes de paz de Medellín, el área metropolitana y el oriente antioqueño, desarrolla la iniciativa de turismo “Memorias Comunes” que cuenta con cinco rutas: Medellín Bello Oriente la montaña que siente, y Rastros y rostros de paz en los barrios de la comuna 3 y el centro de la ciudad; y Cielo Escondido, Ecogranja y Memoria y Naturaleza, en el municipio de San Carlos.

Otros proyectos que se destacan son “Turismo de Aventura La Quiebra”, en Urrao; y “San José de Leones”, en Mutatá.
 

Encuentro sobre café y turismo organizado por la Federación Efraín Guzmán.


En el municipio de Urrao, le apuestan al turismo de aventura. “Desde Cascada La Quiebra, paraíso de inspiración” estamos invitando a recorrer tesoros ocultos. Allí tenemos un proyecto de ecoturismo donde podrán encontrar cuatro cascadas consecutivas y un río que se llama Nendó, que es maravilloso, encantador, con la idea de lograr que en nuestro territorio la paz sea una felicidad y llene de alegría a una región que por tiempos estuvo oculta por un conflicto”, comenta Élmer Piedrahíta, líder del proyecto.
 

Élmer Piedrahita lidera proyecto ecoturístico en Urrao, Antioquia.
 

Proyecto  “Cascada La Quiebra, paraíso de inspiración”, Urrao, Antioquia. Cortesía.

 

El tinto de la reconciliación

En una finca de la vereda Llano Grande, Dabeiba, víctimas del conflicto, comunidad y firmantes de paz hacen realidad la historia de “Café Trinidad con aroma de paz”.

“Estas iniciativas ayudan mucho en la comunidad para poder lograr la reconciliación”, dice María Rubiela Puerta, víctima del conflicto, quien ahora trabaja con los firmantes de paz de Dabeiba para sacar adelante el proyecto. Gracias al Acuerdo de Paz pudo regresar a la vereda, luego de varios años de destierro y el café es una de sus fuentes de ingreso.
 

Antonio Zapata, junto con 16 víctimas del conflicto, comunidad y firmantes de paz, producen y comercializan el Café Trinidad.
 

Por iniciativa de Antonio Zapata, quien desde que inició su proceso de reincorporación vio en el grano una posibilidad de desarrollo económico, la comunidad de Llano Grande se ha unido en torno a la producción y comercialización del café. Ahora sueñan con generar más empleos y que la zona sea conocida por el aroma único de uno recién preparado.

“El año pasado ganamos el concurso “Antójate de Antioquia 2023”, convocado por la Gobernación de Antioquia y la Cámara de Comercio de Medellín. Hoy estamos recibiendo visitas de firmas reconocidas, que nos buscan por la calidad de nuestro producto”, relata Antonio Zapata.

Pero, más allá de la calidad del producto, resalta que con cada café que sirve se aporta a la reconciliación. “Estamos buscando una mejor calidad de vida personal, familiar y comunitaria. Es un proyecto social y agrícola. Hoy todos nos juntamos en pro de la paz de Colombia. Tenemos un total de 62.500 árboles sembrados. De esos podemos decir más o menos un promedio de unos 45.000 árboles de la variedad Castilla”, dice Zapata.

“Para nosotros es un orgullo poder hoy estar tomándonos y llevándole a los consumidores un excelente café porque es el aroma de la paz”, finaliza.

La Agencia para la Reincorporación y la Normalización -ARN- hace seguimiento a varios de estos proyectos y espera que puedan ser incluidos en la estrategia de sostenibilidad de la entidad, tanto en la línea de turismo como en la de café.

“Hay varios proyectos de la población reincorporada con mayores potenciales. En Ituango, por ejemplo, se produce café en uno de los predios que ya fue entregado a los y las firmantes y vemos mucho potencial allí, justamente por el trabajo colectivo que se viene haciendo”, explica Luz Nely Osorno, coordinadora de la ARN para Antioquia y Chocó.

Frente al turismo, agrega que si bien se está haciendo un inventario de todos los proyectos que existen, el conocimiento de los firmantes de paz sobre los territorios y ecosistemas que antes no se podrían acceder por razones del conflicto, es un valor agregado. “Reivindican la memoria y el proceso de paz y además el cuidado del medio ambiente. La ARN entra a apoyarlos en el marco de la estrategia de sostenibilidad que la agencia diseña para fortalecer estos procesos, para garantizar las condiciones de sostenibilidad a futuro”, añade Luz Nely Osorno.

La Misión de Verificación de la ONU en Colombia, en el marco de su mandato, verifica la reincorporación social, política y económica de los firmantes de paz. “Las líneas productivas de turismo y café que representan una gran oportunidad para el desarrollo de los territorios, los firmantes de paz y las comunidades. En Antioquia y en general, en Colombia, son un motor de la economía y tienen gran proyección internacional. Continuaremos apoyando este propósito”, puntualiza Enrique Sánchez Airas, jefe de la oficina regional en Medellín de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia.

Según la ARN, 1.187 firmantes de paz participan en proyectos de reincorporación en Antioquia, 17 de esas iniciativas son de carácter colectivo, aprobadas por el Consejo Nacional de Reincorporación. Mientras que existen 557 proyectos individuales aprobados.

A nivel nacional, de acuerdo con el más reciente informe del Secretario General de la ONU sobre la implementación del Acuerdo de Paz, en el país el 79% de excombatientes acreditados participan en proyectos productivos, 63% de ello individuales y 37% colectivos.

 

El Representante Especial del Secretario General de la ONU en Colombia y Jefe de la Misión de Verificación, Carlos Ruiz Massieu, durante presentación del Café Trinidad en la Universidad EAFIT, en Medellín.


Por Elizabeth Yarce
Oficial de Información Pública
Misión de Verificación de la ONU en Colombia/ Oficina Regional Medellín