“Siempre buscando el bienestar de todos”. Las mujeres de Colinas construyen la reincorporación en el Guaviare.
Ingrid todavía no se acostumbra a que la llamen por ese que es su nombre de pila. Ella prefiere que le digan Yuliet. Este es uno de los desafíos y retos que tiene por delante Yuliet como parte de su proceso de reincorporación en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación, ETCR, en la vereda de Las Colinas, en el departamento de Guaviare.
Cada día, Yuliet se despierta a las tres de la mañana y se pone a estudiar y hacer las tareas que le dejan los profesores para validar su bachillerato, arregla su casa, desayuna y a las siete de la mañana ya está trabajando en la tienda comunitaria, uno de los proyectos que está desarrollando con el grupo de 35 mujeres que ella lidera.
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“Trabajamos con lo que tenemos y con el recurso mensual que nos dan [del programa de reincorporación del Estado], pusimos la plata y montamos la tienda comunitaria. La idea es que se atienda de a dos personas en dos turnos. Vendemos, pañales, papel higiénico, shampoo, atún, jugos, helados y víveres para los habitantes de la vereda” dice Yuliet mientas trabaja en la tienda.
“También tuvimos en cuenta a los hombres adultos mayores para que puedan trabajar y tengan ingresos”, añade Yuliet.
Todos los miércoles, el grupo de mujeres se reúne para identificar las necesidades y empiezan a idear las formas de organizar proyectos que les ayude a mejorar su calidad de vida. La tienda comunitaria de Colinas lleva tres meses funcionando y le representa al grupo de mujeres un ingreso adicional que le ayuda con sus gastos mensuales.
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Además, este grupo ha apoyado la apertura de la panadería y la sastrería del ETCR que brindan servicios a la comunidad. El próximo proyecto que tienen es instalar una guardería para que las madres puedan llevar a sus hijos a un lugar seguro mientras hacen sus labores.
Cuando son las dos de la tarde, Yuliet va a la escuela para recibir sus clases y más tarde, a las seis, cuando ya el día empieza a agotarse, ella regresa a la tienda donde trabaja hasta el cierre a las nueve de la noche. Así es la rutina de Yuliet de lunes a viernes, porque los sábados y domingos se queda hasta las diez, once o hasta más tarde, atendiendo la clientela del lugar.
Yuliet, vive con su novio con quien comparte las labores de la casa. “Él lava y se encarga de las cosas de la casa y yo participo en la cooperativa multiactiva, trabajo en los proyectos y estudio. Siempre buscando el bienestar de todos”, afirma Yuliet con su sonrisa que la caracteriza.
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Mientras Yuliet siga avanzando en su proyecto personal, con el grupo de mujeres siguen trabajando en desarrollar otros proyectos de piscicultura, avicultura y siembra de cultivos, y así demostrar su voluntad de paz y aportar al desarrollo del país desde los territorios.
Por: Ivonne Rangel, Oficial de Información Pública. Misión de Verificación de la ONU en Colombia.