«Las mujeres somos capaces, fuertes y autónomas»
Para Luz Velandia, sus sueños de estudiar y ser madre se veían lejanos, pero gracias a su perseverancia, logró cumplirlos. Ella es firmante de paz y, tras 20 años en las filas guerrilleras, hoy comparte su historia de tenacidad y construcción de paz.
La historia de vida de Luz Herminda Velandia Sarmiento es una narrativa de resiliencia y transformación. Desde temprana edad, mostró una fascinación por el mundo de las guerrillas «desde muy pequeña me gustaba ver cómo estaban de bonitas las mujeres con su uniforme, eso me llamaba mucho la atención», señala Velandia.
Fue tanto así que, con tan solo 13 años, tomó la decisión de unirse a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - FARC-EP, comenzando, de este modo, un viaje de dos décadas en el grupo armado. «Duré 20 años en las filas» dice la firmante mientras rememora su hogar. «Soy del Meta, ingresé al Frente 40 cuando estaba en Uribe». Este Frente, también conocido como el Bloque Oriental, llegó a cubrir el 55% del país bajo las órdenes de Víctor Julio Suárez, conocido bajo el seudónimo de ‘Mono Jojoy’, por lo que se consideraba la estructura más grande del grupo armado en Colombia.
Durante ese tiempo, la firmante de paz recorrió el país conociendo a numerosos compañeros y compañeras, y experimentando la vida de una manera que «no habría sido posible en la sociedad civil», pues como ella lo indica «nosotros cuidábamos la naturaleza, los lugares importantes para los recursos, para la tierra, llegábamos a lugares que no creíamos que existían».
A pesar de todo esto, mantenerse lejos de su familia, incluso después de la firma, no ha sido fácil para Luz. Sin embargo, ella prefiere que así sea para intentar garantizar su seguridad.
«He tenido a mi familia muy fuera del tema de las Farc, uno lo hace por seguridad y porque pienso que yo ya estoy muy involucrada y no quiero que ellos terminen igual de involucrados» señaló la firmante de paz.
Además, también ha experimentado la pérdida de la camaradería y la solidaridad una vez que regresó a la vida civil después de la firma del Acuerdo Final de Paz. Este cambio la llevó a extrañar los momentos compartidos en las FARC, donde vivir en comunidad era fundamental para el desarrollo de todas sus actividades.
«La verdad, eso es muy triste, porque son cosas que, digamos, así vivíamos en comunidad, eso debería perdurar, pero pues lo hemos ido perdiendo», puntualizó Luz Herminda.
Sus sueños
Una de sus alegrías más grandes fue convertirse en madre a los 37 años. En algún momento pensó que esto no sería posible, pues los años pasaron y adaptarse a la vida civil seguía siendo un reto; sin embargo, a pesar de las circunstancias y los desafíos, su hijo, quien hoy ya cumple dos años de vida, llegó y en él encontró la fuerza para continuar y perseguir su sueño de acceder a la educación superior.
«Inicialmente salimos y validé mi bachiller y dije ¿ahora qué hago?». Gracias al apoyo de Naciones Unidas y su determinación, Luz Herminda obtuvo becas que le permitieron estudiar resolución de conflictos y, finalmente, iniciar una carrera en Derechos Humanos.
—¿Cuáles son tus sueños?
—Quiero estudiar una carrera que yo diga que me proyecté un sueño en la vida y lo logré. Quiero darle un futuro a mi hijo, que mi hijo tenga las posibilidades de estudiar.
Luz se convirtió en un ejemplo de perseverancia y empoderamiento para otras mujeres. Les insta a creer en sí mismas, a mantener vivos sus sueños y a luchar por sus metas. Su mensaje es claro: «las mujeres somos capaces, fuertes y autónomas, y debemos seguir luchando por un mundo mejor».
Su historia es un testimonio inspirador de la capacidad humana para cambiar, crecer y contribuir positivamente a la sociedad, incluso después de vivir experiencias tan desafiantes como las que enfrentó en las FARC.
Sobre el proyecto
El proyecto «Cuidados para la paz. Somos para la vida», tiene como objetivo generar espacios seguros para lo cual contempla una serie de acciones orientadas a reconocer el cuidado como un derecho humano, a la prevención y atención de violencias contra niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ); a mejorar el acceso de las mujeres a mecanismos de protección frente a las violencias basadas en el género (VBG), y a proponer espacios de encuentro alrededor del cuidado y la crianza.
Este trabajo se desarrolla en conjunto entre ONU Mujeres y UNICEF, con recursos del Fondo Multidonante de las Naciones Unidas para la Paz, a través de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (LIMPAL) y Juntos Construyendo Futuro (JCF) y en articulación con la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), el Consejo Nacional de Reincorporación (CNR) Componente Comunes y la Misión de Verificación de Naciones Unidas en Colombia.
Por: Anyi Cárdenas Forero
ONU Mujeres Colombia