Las puertas que se abren tras despedirse de la montaña
Luz Nelly Colonia estuvo 15 años en las filas de las FARC-EP, la guerrilla colombiana que dejó atrás la guerra y firmó la paz en el año 2016. La excombatiente recuerda cómo la naturaleza la protegió cuando vivía en el monte y ahora, tiene la oportunidad de apostarle a la educación y la maternidad.
«Yo le hice una embarrada a mi mamá», dijo entre risas Luz Nelly Colonia, firmante de paz. A los 16 años, la joven decidió partir de casa para salir de fiesta; sin embargo, no volvió a ver a su madre hasta seis años después.
Con un grupo de amigas, Luz Nelly logró hacer lo que su madre tanto le prohibía: salir a bailar. Aquella vez escuchó cómo cantaba la Orquesta del Sur y no regresó en toda la noche a su hogar. Sus hermanas paternas, que tenían su propio apartamento, la cuestionaron por no acudir a ellas: «¿por qué no vino? Yo le hubiese abierto la puerta», pero la joven amaneció en la calle.
Al día siguiente, Colonia no fue al colegio y en su cabeza se fijó una idea que nadie pudo sacarle: unirse a las filas de las FARC-EP.
—Si lo que dice es verdad, díganos para contarle a su mamá y no meternos en un problema— le advirtieron sus hermanas.
—Ay, es mentira, yo estaría loca de irme a la guerrilla.
Pero Luz Nelly estaba diciendo la verdad. Ese día, a las 6:00 de la tarde vinieron a recogerla. «Me monté en el carro y me fui», comentó. Si bien su historia la narró entre risas, también reconoció todo el daño que le hizo a su madre. «Ahorita que yo tengo a mi hijo, sé qué es ese dolor, pero antes no», agregó.
La exguerrillera estuvo 15 años en el grupo insurgente, viviendo y acampando en el monte. Ella se despidió de esa vida en 2016, tras la firma del Acuerdo Final de Paz entre el Estado colombiano y las FARC-EP, que buscó darle fin al conflicto armado que ha durado más de medio siglo en Colombia.
La montaña
Tras cinco años de su proceso de reincorporación, Luz Nelly ahora tiene una vida muy distinta: es madre y le apuesta a continuar con sus estudios. No obstante, las memorias que tiene de su vida en la guerrilla le generan nostalgia, especialmente al pensar en la naturaleza que la acogió cuando vivía en ‘la montaña’.
«Usted no se imagina cuántas personas están allá en el monte, y no sé si uno se familiariza con la naturaleza o es ella la que lo protege a uno», afirmó Luz Nelly recordando los mosquitos, insectos e incluso culebras que andaban por la zona. «Aunque era muy raro que una persona fuera picada por algo —reflexionó Colonia—. Era como saber que la montaña lo cubre a uno».
Las memorias que deja haber pasado varios años de su vida en la selva se relacionan, muchas de ellas, con el clima. «A nosotros nos tocaba la guardia cada dos horas y así lloviera, tronara y cayeran rayos, usted tenía que hacerla aguantando frío y mojándose», manifestó la exmilitante del grupo insurgente. Ahora, cuando cae un aguacero, se ríe y piensa: «Ay, ¡qué llueva!, que igual estoy en mi cama».
Pedagogía infantil y maternidad
Luz Nelly calificó su experiencia en la guerrilla como una aventura, pero ahora tiene una mucho más grande: ser madre. «Yo quedé embarazada recién saliendo del proceso de paz», precisó la excombatiente sobre su hijo que nació en 2017 de manera prematura.
Durante cinco años, Colonia ha sido madre soltera y le ha tocado «luchar para sacarlo adelante». Debido a que el menor nació antes de los nueve meses, ha pasado por varios exámenes «porque él no movía los ojitos, era como si fuera ciego». En ese proceso, ha aprendido la paciencia que requieren los niños encontrando en Dios una compañía, según sus palabras.
"—Yo no le miento, yo nunca creí en Dios, pero después de que tuve este bebé… me he apegado tanto. "
Aunque ser madre no es el único rol que cumple Luz Nelly. Desde que abandonó su vida en el monte se ha dedicado a estudiar: quiso hacer la formación de manicurista y luego la carrera de Contaduría. Mientras lo intentaba se dio cuenta de que ese no era realmente su camino, hasta que una amiga la convenció de apostarle a la pedagogía infantil.
«Eso comenzó a gustarme. A pesar de que me estreso, con los niños tengo mucha paciencia», detalló. El 4 de julio de 2023, su amiga y ella se graduaron del Técnico Auxiliar en Primera Infancia con la esperanza de empezar a laborar pronto en lo que tanto les gusta.
«Yo me aviento pa’ donde sea, con tal de que sepa que no me voy a desnucar, yo sé que caigo bien», puntualizó Luz Nelly sobre las puertas que se le están abriendo. Su futuro está lleno de posibilidades gracias al proceso de paz. «Si no se hubiese logrado, a veces pienso qué sería de mí: ¿estaría viva?, ¿ya estaría muerta? No sé, ni me lo imagino».
Sobre el proyecto
El proyecto «Cuidados para la paz. Somos para la vida», tiene como objetivo generar espacios seguros para lo cual contempla una serie de acciones orientadas a reconocer el cuidado como un derecho humano, a la prevención y atención de violencias contra niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ); a mejorar el acceso de las mujeres a mecanismos de protección frente a las violencias basadas en el género (VBG) y a proponer espacios de encuentro alrededor del cuidado y la crianza.
Este trabajo se desarrolla en conjunto entre ONU Mujeres y UNICEF, con recursos del Fondo Multidonante para el Sostenimiento de la Paz, a través de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (LIMPAL) y Juntos Construyendo Futuro (JCF) y en articulación con la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), el Consejo Nacional de Reincorporación (CNR) Componente Comunes y la Misión de Verificación de Naciones Unidas.
Por: Anyi Cárdenas Forero
ONU Mujeres Colombia