La paz, tras la lente de niñas, niños, adolescentes y firmantes de paz en territorios de reincorporación

Foto: Juliana Peña/Misión de Verificación de la ONU en Colombia 

30 Jul 2024

La paz, tras la lente de niñas, niños, adolescentes y firmantes de paz en territorios de reincorporación


 

Para contar las historias de su territorio y desde su propia perspectiva, se formaron en fotografía y multimedia en cinco espacios de reincorporación. Quieren relatar las historias de más de 10.000 niños, niñas y adolescentes que conforman las familias extensas de los y las firmantes de paz.

Alexander Castañeda Palacios, de 14 años, hace una toma para lo que será un cortometraje. El plano es general, el lugar árido, al fondo se ven unas viviendas hechas de drywall de color marrón con techos de zinc. La locación: el antiguo Espacio de Capacitación y Reincorporación, ETCR, La Variante, a unos cuatro kilómetros de Tumaco, en Nariño, en límites con Ecuador. El cortometraje, en sus propias palabras, cuenta la historia de “unos jóvenes que son amenazados por otros jóvenes quienes los obligan a desplazarse”.
 

Foto por: Juliana Peña/Misión de Verificación de la ONU en Colombia. 


Algo parecido ocurre en Manaure, Cesar, a unos 1.700 kilómetros de distancia, en el norte de Colombia: Lionel Rueda, de 10 años, corre en un pequeño salón de clase como su tocayo Messi. En lugar de un balón, lleva una cámara y busca tomarles fotos a sus amigos. No para de moverse hasta que Shaira, su prima, de 12 años, le pide que la deje escuchar la clase: ella quiere aprender clorotipia, el arte de imprimir fotos en hojas de los árboles. 
 

Lionel Rueda, participante del proyecto Semillas de Paz en Tierra Grata, Cesar. Foto por: Esteban Vanegas/Misión de Verificación de la ONU en Colombia. 

Lionel y Shaira no conocen a Alexander, pero tienen cosas en común: los tres participaron, más o menos en las mismas fechas (entre el 24 de junio y el 6 de julio) del proyecto Semillas de Paz, que capacitó en cinco departamentos a 135 personas en fotografía y artes audiovisuales. Y hacen parte de los 10.342 niños, niñas y adolescentes que integran los grupos familiares de las y los firmantes de paz en el país, según cifras del Sistema de Información para la Reincorporación y Reintegración -SIRR- de la Agencia para la Reincorporación y Normalización, ARN.

La mayoría, el 96%, son hijos o hijas de firmantes de paz, como Shaira y Alexander. El 44% tiene menos de 5 años, el 31%, entre 6 y 11 años y el 26% entre 12 y 17.

 

La Rotativa
 

Proyecto Semillas de Paz en Tierra Grata, Cesar. Foto por: Coletivo Miradas. 


Hace casi ocho años que Marcos Guevara llegó al ETCR de Tierra Grata, ubicado en Manaure, Cesar, como firmante de paz. Trajo consigo una vieja cámara de fotos, con la que se propuso capturar la memoria del proceso de paz e intentar enseñar a sus compañeros firmantes y a sus hijos y familiares, el arte de la fotografía.

Con ese objetivo, que luego evolucionó a hacer documentales y fotos de alto formato, Marcos, quien es el padre de Shaira y el tío de Lionel, lanzó un proyecto audiovisual que llamó La Rotativa.

“Esta es una comunidad relativamente nueva ‑explica Marcos‑, que nace por el Acuerdo de Paz, y el propósito nuestro es hacer de la fotografía y de las artes visuales una herramienta de visibilización, de creación de historias de esta comunidad que quiere construir memoria a través de la imagen y fortalecer procesos de liderazgo juvenil”.
 

Foto por: Esteban Vanegas/Misión de Verificación de la ONU en Colombia. 


Con esa experiencia, tuvo la idea, con María Fernanda Pinilla, de crear un semillero de fotografía para niñas y niños. El piloto lo realizó en noviembre del año pasado y fue todo un éxito en Tierra Grata.

 

Semillero de paz

Marcos, además, hace parte del Colectivo Miradas, un grupo de experimentados fotógrafos y videógrafos comunitarios que realizan pedagogía de paz a través de la fotografía y el arte. Miradas agrupa a 15 fotógrafos y fotógrafas, ocho de ellos firmantes de paz. Con ellos desarrollaron la idea de realizar una segunda versión del semillero de formación en Tierra Grata y extender el semillero a otros cinco departamentos, y así lo hicieron. Con el apoyo de la Delegación de la Unión Europea a través del Fondo Europeo para la Paz, la Corporación Reencuentros, el Ministerio de Cultura, la Fundación Compaz y la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, el Colectivo Miradas realizó, casi en simultánea, seis talleres de fotografía y video en Cesar, Caquetá, Putumayo, Antioquia, Nariño y Cauca.
 

Proyecto Semillas de Paz en Tierra Grata, Cesar. Foto por: Esteban Vanegas/Misión de Verificación de la ONU en Colombia. 

Los cinco primeros se llevaron a cabo con éxito, pero infortunadamente, según cuenta Gina Parra, líder del Colectivo Miradas, el que estaba programado en Argelia, Cauca, debió ser cancelado a última hora por razones de seguridad. “Soñamos llegar al Cauca, pese a las condiciones de seguridad y las amenazas de los grupos armados sobre las comunidades. Lo intentamos, el equipo liderado por un firmante de la paz llegó hasta el territorio, pero el día que iniciaba el semillero, las balas ensombrecieron el cielo y tuvimos que cancelarlo para no poner en mayor riesgo a la población", explica.

Según Gina, aunque los talleres son de fotografía y multimedia y se trata de dar herramientas profesionales y técnicas a los niños, jóvenes y firmantes de la paz, también giran en torno a temas relacionados con el Acuerdo de Paz, como reconciliación, arraigo, enfoque de género, memoria y búsqueda de personas dadas por desaparecidas.

 

Arraigo y territorio

Alexander, de 14 años, dice que cuando empezaron los talleres en Tumaco, Nariño, el 27 de junio, decidió hacer su cortometraje sobre el arraigo y el desplazamiento forzado, porque ha visto el dolor que causa para las personas el tener que dejar su territorio.
 

Alexander, participante proyecto Semillas de Paz en Tumaco, Nariño. Foto por: Colectivo Miradas. 


“Él ha vivido la mitad de su vida en un espacio de reincorporación, lo que lo hace muy consciente de los temas de violencia y también de los de paz”, dice su mamá, María Fernanda Palacios, una profesora muy reconocida y admirada en La Variante, entre otras cosas, porque hoy es la persona que cuida a los niños de la primera infancia en la Unidad Comunitaria de Atención, UCA, que es el jardín infantil de este espacio de reincorporación.

Alexander, quien sueña con ser un director de cine reconocido, dice que le gustaría hacer una película de la vida de su mamá. 

María Fernanda es caleña, afrodescendiente, de 44 años. Hace siete años llegó al ETCR contratada como docente por el programa Arando la Educación, que tiene una estrategia que les permite a los firmantes, a sus familias y a la comunidad vecina estudiar de manera presencial sin salir del territorio. Allí se conoció con Eddy Antonio España, un firmante de paz y participante del programa, quien estuvo 16 años en las Farc-EP, y con quien decidió formar una nueva familia.

Ella atribuye esta unión al Acuerdo de Paz, que ha permitido la creación de estas nuevas familias, y el acceso de comunidades a bienes y servicios.
 

Entrega donación de libros a biblioteca del antiguo ETCR La Variante, en Tumaco, Nariño. Foto por: Juliana Peña/Misión de Verificación de la ONU en Colombia. 
 

Dividendos de la paz

 

De hecho, según cifras del Consejo Noruego para Refugiados (NRC por sus siglas en inglés), que financia Arando la Educación junto con el Ministerio de Educación, este programa ha formado a 16.705 personas, 3.560 firmantes de paz y 13.145 de comunidades vecinas. “A la fecha se han graduado 5.611 bachilleres y se ha fortalecido el tejido social en cada una de las zonas en las cuales se implementa la reincorporación comunitaria, de forma armónica con las comunidades vecinas”, reporta el Consejo Noruego.

De algún modo, gracias a este programa, también llegó Alexander a este nuevo territorio en el que, según dice María Fernanda, no se ha adaptado del todo. “Aquí los más jóvenes no tienen mucho que hacer”, confiesa. Por eso mismo, valora estos espacios pedagógicos “porque les enseñan cosas artísticas y les dan nuevas visiones del mundo a los niños y niñas que habitan estos espacios de reincorporación”.

Estas historias, que a veces pasan desapercibidas para muchos, son las que quieren plasmar las lentes de los jóvenes del Semillero de Paz, quienes, desde otra mirada, quieren mostrarle al país cómo se construye la paz en el territorio.

Justamente, con ese objetivo, el Colectivo Miradas se propone realizar una serie web, con cada uno de los temas que desarrolló en estos territorios de reincorporación. “La vamos a poner en nuestra página web -cuenta Gina Parra-, cada territorio tendrá su capítulo, y luego empezaremos el proceso de circulación para visibilizar el trabajo realizado en el semillero, para ello queremos hacer una bienal de fotografía para invitar tanto a los niños, niñas, jóvenes y firmantes de la paz que participaron, como a los tutores y los fotógrafos que nos han acompañado en el proceso. La bienal es nuestra ventana para poner los ojos de Colombia en los sueños de las más de 200 personas que hoy hacemos parte de Semillas de Paz”.
 

Participante en el proyecto Semillas de Paz en Tierra Grata, Cesar. Foto por: Esteban Vanegas/Misión de Verificación de la ONU en Colombia. 


Quizá en la bienal se pueda ver la película de Alexander, o ser una oportunidad para conocer a jóvenes como Lionel y Shaira, y ver que su historia, sus retos y desafíos, son, en muchos casos, compartidos por miles de jóvenes en el país que viven en estos nuevos territorios de paz.

 

Miradas, un colectivo que siembra esperanza en los territorios

El Colectivo Miradas lo conforman ocho fotógrafos firmantes del Acuerdo de Paz y siete fotógrafos comunitarios de varios territorios del país, quienes encontraron en la fotografía y el arte una ventana de oportunidad para la reincorporación, la reparación y la reconciliación.
 

Participantes de Semillas de Paz en La Carmelita, Putumayo. Foto por: Colectivo Miradas. 


Se conocieron en Bogotá, en la peregrinación por la vida y por la paz en el año 2020 y, un año después, realizaban juntos un taller nacional de fotografía documental, en el antiguo ETCR de Tierra Grata, en Manaure, Cesar. En esa ocasión reunieron a 35 fotógrafos populares, alternativos y rurales de 15 departamentos. En 2022 en Anorí, Antioquia, hicieron una nueva formación con 95 personas de 17 departamentos. 

Contaron con el acompañamiento de renombrados fotoperiodistas como la boliviana Sara Wayra; Federico Ríos, colaborador permanente del New York Times, y el fotógrafo Jesús Abad Colorado, entre otros, y con algunos artistas y actores que también han apoyado estas iniciativas de paz, como Santiago Alarcón.
 

Participante Semillas de Paz en Guaviare, Colombia. Foto por: Colectivo Miradas. 


Así, formación tras formación, y con apoyo de la Unión Europea y la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, entre otras entidades, fueron creando una red de fotógrafos que luego empezó a multiplicar el modelo. El año pasado lanzaron en agosto ‘La ruta de cine y fotografía por la paz’, con la que realizaron diez talleres en Yondó, Antioquia; Los Palmitos, Sucre; Mutatá y Carrizal, Antioquia; Icononzo y Planadas, Tolima; Villavicencio y La Julia, en Meta; Miravalle, en Caquetá y en la Variante en Tumaco, Nariño.

Y este año su apuesta fue Semillas de Paz que, en palabras de Ginna Parra, líder del colectivo, es la materialización del aprendizaje que ha tenido en procesos nacionales anteriores. “Es una siembra de algunos conocimientos en torno a la memoria, la paz y la reconciliación, una siembra también de ilusiones en esos territorios a donde el Estado llega de manera precaria, pero sí llegan los actores del conflicto; ahí queremos llegar con alternativas desde la paz”, agrega.

 

Por: Jorge Quintero
Oficial de Información Pública
Misión de Verificación de la ONU en Colombia