“La plata no se come”

19 Mayo 2020

“La plata no se come”


El desafío de producir alimentos en medio de una pandemia.

Ricardo tiene 47 años. Es de contextura pequeña y siempre se le ve trabajando. Cuando no está en el cultivo de plátano, está alimentando a los cerdos, limpiando, ordenando, vendiendo productos de primera necesidad en su tienda y ahora en medio de la pandemia, atendiendo reuniones virtuales con diferentes entidades o recibiendo y desinfectando los elementos que llegan a la comunidad. Es difícil localizarlo porque no se queda quieto, siempre ha andado de un lado para otro.  
 


Estuvo 20 años viviendo los rigores del monte y combatiendo en la guerrilla, con el proceso de paz se acogió al acuerdo final y ahora adelanta su proceso de reincorporación en el antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación -ETCR - de La Variante, en zona rural de Tumaco, Nariño, en el suroeste del Colombia, junto a cerca de 80 excombatientes.

Teniendo en cuenta su origen campesino, la mayoría de los habitantes del antiguo ETCR se han dedicado a la agricultura desde que iniciaron el proceso de reincorporación. Primero cultivaron piña y sábila, luego compraron los cerdos para cría, sembraron plátano, y también pusieron un estanque con tilapia con la idea de comercializarla y generar ingresos. Empezaron poco a poco con recursos propios y con el tiempo fueron llegando algunos recursos de la cooperación y otros apoyos para mejorar sus proyectos y recibir acompañamiento técnico.
 


Ricardo es el líder de un grupo de cerca de 30 personas cuyo principal cultivo es el plátano y esperan que con el tiempo llegue a ser un medio para ganarse la vida. “Yo sé que rico, no me voy a hacer”, dice con cierto desparpajo, “es que el trabajo del campo es muy poco reconocido, da apenas como para sobrevivir uno”. Cada día se levanta para alimentar a los cerdos, limpiar el cultivo y vivir la vida tranquila del campo porque “eso volver a la guerra, no para que… ya me duele todo el cuerpo y no tiene sentido volver”, afirma convencido.
 



Con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura -FAO-, este grupo ya tiene un canal de comercialización para el plátano con un reconocido supermercado en Tumaco. A pesar de la pandemia, siguen produciendo y recientemente lograron sacar 400 kilos para la venta. “No está fácil, eso hay mucha competencia y han bajado los precios”, dice Ricardo. “Hay gente que mete plátano más barato desde Ecuador y ahí pues se nos daña el mercado a nosotros, y el tema del transporte para sacar el producto también está muy complicado”.
 


En medio de las dificultades propias de la vida en el campo, agravadas por la incertidumbre y las restricciones que impone el aislamiento obligatorio en el marco de la pandemia, las personas en proceso de reincorporación siguen pensando en sus planes a futuro.

En el caso de La Variante, conformaron la cooperativa Coommave y por ahora reciben acompañamiento telefónico de parte de FAO y ARN y ya estaban alistando 200 kilos de plátano más para la venta. Mientras tanto, hay familias que además cultivan limón para diversificar la oferta al supermercado que les compra el plátano.
 


Ricardo quiere algún día tener su pedazo de tierra para tener “su finquita”, con animales y vivir tranquilo.

“Es mejor autogestionarse”, dice, “si uno no hace nada, pues no tiene nada”.

 

 

 


Él sabe que, en medio de la crisis, la producción de alimentos es fundamental y por eso siempre resalta la labor de campesinos y campesinas colombianas: “Yo quisiera que se lograra un cambio, que en el campo la gente tuviera más oportunidades, porque como uno ni puede estudiar, lo tratan de ignorante, pero mire lo que los campesinos están haciendo por la gente que está encerrada en la ciudad. Pero ahí sí, como dicen, si todos fuéramos ricos, ¿quién trabajaría? ¡La plata no se come!”, y suelta una carcajada.

 

Nadya Gónzález 
Oficial de Información Pública
Misión de Verificación de la ONU en Colombia