En Las Morras, las comunidades y la naturaleza también se reconcilian

EN LAS MORRAS, LAS COMUNIDADES Y LA NATURALEZA TAMBIÉN SE RECONCILIAN

 

“Antes por los bombardeos y el conflicto los animales se morían o se iban” cuenta doña Dalia Campo Soto, en la vereda Las Morras, en San Vicente del Caguán, Caquetá, a quien se le vienen las lágrimas recordando las épocas de los combates, el miedo y el dolor de esos días.

Así como está pasando en varios lugares del país, en esta vereda sus habitantes ahora disfrutan de nuevo de los animales silvestres que el conflicto también desplazó.

“Buscaban refugio en otro lado. Ahora, pues es muy hermoso. Uno sale y ve guacamayas, ve loros, ve cajuches (cerdo salvaje de la región), ve micos, armadillos… Ya están retornando a la tierra de ellos que es esta”, apunta doña Dalia.

Mientras nos tomamos el café que nos ofrece doña Dalia, nos señala que gracias al proceso de paz ahora es más bello vivir en Las Morras, no solo porque ya ha pasado el miedo, sino porque los animales han regresado, completando el paisaje paradisiaco de Las Morras.

Luego del café y tras un fuerte aguacero, nos despedimos de Doña Dalia. Las nubes que quedaron después de la lluvia adornan las montañas de todas las gamas de verdes, los árboles frondosos y las cascadas, a lo largo del camino.

De repente, vemos un movimiento en el bosque, distinto al que genera el viento. Detenemos el vehículo y nos damos cuenta que ahí, a solo unos pasos de nosotros, un grupo de micos juega y salta en las copas de los árboles.

Nos sonreímos y recordamos lo que Doña Dalia nos contó. Los micos hacen caso omiso de nuestra presencia y continúan brincando entre las ramas. Pareciera que celebraran la paz  que está llegando, el poder andar libres por su tierra y hacer que los sonidos de las explosiones se cambien por los de sus aullidos.

 

Escrito por: Laura Santamaría, Oficial de Información Pública, regional Florencia
Misión de la ONU en Colombia, mayo de 2017.