“Podernos graduar hoy como bachilleres es un sueño antes imposible de cumplir”.

6 Jul 2018

“Podernos graduar hoy como bachilleres es un sueño antes imposible de cumplir”.


Abelardo Caicedo tiene 58 años, 40 de ellos perteneció a las Farc. Tras diez meses de estudios, se graduó como bachiller junto a 44 excombatientes de las Farc.
 

La escena podía parecer la de una fiesta cualquiera: había bombas de colores rojo, azul y blanco, música, champaña, torta (ponqué), comida tipo bufé y unos 100 invitados. Siete bachilleres estaban listos para su grado, vestían toga y birrete de color azul brillante, y otros 37 estudiantes más, que también recibirían diplomas, esperaban ansiosos el evento, con camisetas blancas y un letrero que decía Semillas de Paz.

El evento fue el lunes, en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de San José de Oriente, en La Paz, en el departamento de Cesar, donde 44 excombatientes de las Farc se graduaron de alguno de los ciclos de estudios en que la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD) dividió su formación en el marco del programa ‘Arando la Educación’, que busca formarlos académicamente en su proceso de reincorporación. 

Entre los siete que recibieron el grado de bachilleres académicos estaba Abelardo Caicedo, en la guerra conocido como Solís, segundo comandante del Bloque Caribe, ex candidato al Senado por el Partido Farc y hoy el jefe político del ETCR.
 



Tiene 58 años, cuarenta de ellos en las Farc. Usa gafas, es un lector asiduo, y aunque se formó en las filas de las Farc —recibió clases de un subalterno suyo conocido como Simón Trinidad, que había sido profesor universitario— solo había cursado hasta quinto de primaria.

Cuando empezaron los actos protocolarios él tomó la palabra como uno más de los graduados: “Yo no pude estudiar por motivos económicos, y a los doce años me fui para las Farc”, contó Caicedo quien valoró como excepcional el poder recibir un título de bachillerato. “Podernos graduar hoy como bachilleres es un sueño antes imposible de cumplir”.
 

Ya sin micrófono, sin toga ni birrete, después de terminado el evento, Abelardo Caicedo se veía triste, pese a que fue el más animado durante la graduación. “Le acabo de mandar por WhatsApp las fotos a mí mamá, que tiene 78 años. Fue lo primero que hice, porque ella es una de las personas que más deseó este momento. La dejé de ver por muchos años por la guerra, sufrió mucho y me hubiera encantado que hoy hubiera presenciado este momento en el que trabajamos por la paz”.

 

20 años sin ver a su mamá

Su mamá, Herlinda Colorado, cuenta con los dedos de una mano los días que vio a su hijo durante los 40 años que estuvo en la guerrilla. Ella se quedó sola con dos de sus tres hijos, porque el mayor, Abelardo Caicedo, se unió a la guerrilla de las Farc.

Herlinda fue desplazada por la violencia varias veces, unas por la violencia misma que la tocaba como a cualquier otro colombiano, y otras por ser hija de un guerrillero de las Farc. Con Abelardo el contacto fue muy poco, en los primeros veinte años se vieron unas cuatro veces y en los últimos 20 años perdieron totalmente el contacto, según dice él, por motivos de seguridad. Por protegerlos.

Para encontrar a su familia tuvo que recurrir a Facebook. Recién el proceso de paz se hizo una realidad, con la firma del acuerdo y la agrupación de los guerrilleros, quiso buscar a su mamá pero no tenía ningún contacto de ella. Entonces una excombatiente le dijo que ella habían encontrado a su familia por Facebook. “¿Mi mamá con Facebook? Pensé yo, si tiene 78 años”. La esperanza de encontrarla era nula. Por eso decidió buscar a su hermana, que es la más joven, tiene 50 años.

Su hermana tampoco tenía Facebook pero con los dos apellidos de la familia pudo contactar a su hermano y luego de varios mensajes, en los que al principio se denotaba temor y desconfianza, se logró hacer el contacto.

“Después de haber hecho contacto telefónico hablé con un sobrino y le dije ‘mándeme la dirección que le quiero mandar un regalito a mi mamá’, y les llegué de sorpresa. Mi escolta me dijo, esa es la dirección, ahí donde está la puerta abierta, y yo entré despacito, ahí estaba mi mamá cerca al fogón, en la cocina, quise darle un abrazo, pero no me reconoció”. Después de que su hermana le dio un abrazo y su mamá comprendió que él era Abelardo, hubo lágrimas y abrazos por el reencuentro.

En diciembre del año pasado doña Herlinda visitó a su hijo en el ETCR de San José de Oriente, y aunque también estaba invitada a los grados, no pudo viajar por motivos de salud. “Yo sé que este grado es una felicidad para mi mamá y sé que también le va a alegrar que empiece una carrera universitaria”, agregó Caicedo. Él se debate entre derecho, sociología, ciencias políticas, administración de empresas e ingeniería ambiental, intentará estudiar dos carreras al tiempo, si es posible, pero como sea está seguro de que se convertirá en profesional.

“Yo les quiero decir a los señores de la UNAD que no han arado en el mar, nosotros aspiramos a que sus enseñanzas las podamos llevar por siempre, y las Naciones Unidas les quiero dar gracias, porque en con su compañía tenemos mayor confianza y mayor seguridad para desarrollar labores como estas por la paz de Colombia”.
 

El programa Arando la Educación, que se ha venido implementado desde agosto del 2017, con el Ministerio de Educación, la UNAD y en convenio con el Consejo Noruego para Refugiados, ha alcanzado una cobertura de unas 3.200 personas más que viven en comunidades vecinas de los ETCR y ha impactado a unos 3.500 ex combatientes  que están cambiando sus vidas a través de la educación.


La Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia tiene el mandato de verificar dos de los puntos esenciales del Acuerdo de Paz entre el Gobierno de Colombia y FARC: el punto 3.2. Reincorporación de las FARC-EP a la vida civil —en lo económico, lo social y lo político—; y el punto 3.4. punto Garantías de seguridad para los ex combatientes, sus familias y para las comunidades que han sufrido el conflicto armado.

 

Por: Jorge Quintero, Oficial de Información Pública, regional Valledupar. 
Misión de Verificación de la ONU en Colombia.